El ministerio de Economía y Hacienda rechazó ayer el plan de saneamiento de las cuentas de Baleares, dado que presentan un déficit que casi triplica las exigencias de Madrid. A sólo unos días de las elecciones, nos encontramos con esta acumulación de despropósitos, a saber: - Lo más serio, la incapacidad de nuestro Govern para controlar el gasto, pese a que Antich da conferencias explicándonos cómo se tiene que hacer. - Ese descontrol tiene lugar pese a que ni pagamos los medicamentos, ni los viajes, ni las obras públicas. - Mucho menos importante, pero significativo del estado catatónico en que se encuentran nuestros responsables politicos, ni siquiera han sido capaces de retrasar este espectáculo a después de las elecciones, para evitar el tremendo daño que les puede causar. - La deuda que estamos acumulando no sólo es capaz de arrasar todo el sistema público de bienestar, sino que va a dejar a esta autonomía en la ruina por varias generaciones. - Democráticamente esto es totalmente inadmisible: mientras Antich y su equipo no paran de dar ruedas de prensa sobre nimiedades, en Baleares nunca nos hubiéramos enterado de lo que sucede con las cuentas porque nunca nadie nos ha informado de esto, lo realmente importante.





