Durante años, los ciudadanos de a pie, hemos tenido la impresión que su objetivo prioritario y único era perseguir la corrupción y a los corruptos. Y lo han hecho. En nuestro fuero interno, no podíamos imaginar que los medios y las prácticas utilizadas, supuestamente, eran ilícitas y en muchos casos delictivas. De hecho, su máximo dirigente está entre rejas.
Nada es lo que parece. En todos los ámbitos encontramos elementos, organizados en red, profesionalizados en dar gato por liebre y confundir al común de los mortales. Comparten objetivos, utilizan medios y apariencias, silencios y estrategias para alcanzar unas metas que nada tienen que ver con lo que pregonan. Mientras tanto se van repartiendo el botín. Excepcionalmente a este nivel. Pero ya se sabe, nadie es capaz de engañar a todo el mundo, todo el tiempo.
Sin embargo, mi intención no pasa por referirme a ningún sindicato, ni al que comparte titular con la columna. Sino centrarme en algo más noble. En el 10 aniversario de la campaña sanitaria, de rango nacional, que nos dice algo tan importante y tan sencillo como que la limpieza de manos salva vidas.
Una campaña que nos recuerda que las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria son uno de los problemas más importantes de la seguridad de los pacientes. Un manifiesto que pregona alto y fuerte que la prevención y la vigilancia deben ser prioritarias para los servicios y para las instituciones sanitarias. En los países de nuestro entorno, las infecciones asociadas a la asistencia afectan al 10% de los pacientes hospitalizados. Son causa de enfermedad y de muerte, prolongan las estancias hospitalarias e incrementan el coste asistencial.
Este axioma, también lo tenemos que tener en cuenta en nuestras actuaciones domésticas. Al lavar una herida, al administrar un colirio o al preparar la comida, las manos tienen que estar limpias, o lo que es lo mismo, lavadas “ ad hoc.” Las gastroenteritis tienen su origen, en muchas ocasiones, en higiene de manos mal realizadas o sencillamente en alimentos preparados con las manos sin lavar. Y las conjuntivitis, y las infecciones de la piel,... Las manos son capaces de las mejores y las peores cosas.
La asepsia marca un antes y un después en la salud y en la medicina. El hecho es tan trascendente que la OMS celebra, el 5 de mayo, el Día Mundial de la Higiene de Manos. Busca concienciar al personal sanitario, a pacientes y a cuidadores para reducir la diseminación de gérmenes multiresistentes.
Actos secillos, como el referido, integrados en el subconsciente colectivo, se convierten en potentes instrumentos, en este caso, de reparación y salud. Hay más vidas en juego que en la carretera. Sin duda.





