Més per Sálvame Deluxe

Con permiso de Pedro Sánchez, sus nopresupuestos, sus elecciones anticipadas y su mitin político para anunciarlas, esta ha sido la semana de Més per Mallorca, el partido que se ha empeñado en convertir la política balear en Sálvame Deluxe. Debo felicitarles. Siempre nos brindan jugo —o carroña, según lo miren—, si bien en esta semana se han superado. Los meseros han marcado una nueva plusmarca digna de los 8,90 metros de Bob Beamon en las Olimpiadas de México 1968. Casi 23 años fueron necesarios para batir aquel salto alado propio de un semidios griego. Pero con los de Més nunca se sabe, se superan a cada día que pasa.

El primer mesero en dar el cante fue Carles Gonyalons Sureda, director general de Deportes y Juventud del Govern. En Més son muy catalufos, pero lo de cascarse una paella en el campo —cosa muy española— les apetece. Supongo que el buen hombre debe pensar que como la paella es valenciana, luego catalana, porque así es como suelen entender las cosas, se justifica el jolgorio de fin de semana. Se fue con los colegas a cocinarse una paella —bombona de butano incluida, toma caspa— a la Comuna de Lloret, fuera del espacio establecido para las barbacoas, bien cerquita del bosque, que hay que estar en contacto con la naturaleza porque somos muy ecolós. Y luego nos atizan con eso de que no se puede hacer fuego y de que los domingueros somos poco menos que fachas españolitos que no respetamos el medio ambiente. Todo por una paella…

Otra mesera ilustre es Bel Busquets, la baranda de la cosa del turismo en el Gobierno balear, número dos del Ejecutivo para gran pesar de Francina y candidata a la presidencia del Consell de Mallorca en las elecciones de mayo, ahí es nada. Esta mujer, que ve una ecotasa y la dobla por arte de magia, así en plan Joan Monse, se fue de excursión a nuestra esplendorosa Universidad de las Islas Baleares con motivo de una presentación que cambiará el rumbo de la Historia. Acompañada de su séquito y de los que parten el bacalao en la UIB anunció los nuevos manteles de papel que van a poner en la cafetería de los estudiantes. Son esos mantelitos para debajo de los platos, como los que ponen en los restaurantes de guiris con el mapa turístico de Mallorca. Son eso con publicidad para animar a los jóvenes a votar en las elecciones europeas. Digo yo que los estudiantes se mueren por votar a los eurodiputados, no duermen por las noches entusiasmados a la par que preocupados ante tal responsabilidad. La vicepresidenta del Gobierno balear presentando manteles de papel para universitarios. Coño, ríanse ustedes Liz Taylor y su versión de Cleopatra entrando en Roma. Manteles de papel, me cago en la pena negra.

El bizarrismo máximo ha llegado a Més un año más por San Valentín, en esta ocasión con la inestimable ayuda de Podemos, que tampoco son mancos. El presidente del Consell de Mallorca y número uno en la lista al Parlament, Miquel Ensenyat, se ha vuelto a enfangar con el amor romántico. Por lo visto le da mucha rabia que la gente viva, se quiera y folle como le dé la gana. Desde el Consell, y con la pasta que ustedes y yo pagamos, se han marcado una campaña —encarte en diarios incluido— con tras taradas que pretenden ser mujeres normales diciéndole a sus maridos que está muy bien que las quieran, pero que no le fiscalicen el teléfono y que pongan la lavadora. Luego, dos meseras más, la directora del IBDona, Rosa Cursach, y la regidora de Cort Neus Truyol, Neustru para los amigos, se han sumado a la campaña del Moviment Feminista de Mallorca bajo el lema «Sant Violentí por un 14F anticapitalista, reivindicativo y anti amor romántico. El Amor romántico mata y la justicia remata». Se acompaña con una simpática imagen de una mujer vomitando lo que parece ser un torrente de sangre y corazones, quién sabe si las neuronas de estas indigentes mentales que emanan diarreicas por la boca. La campaña es de esas que las ve Goebbels y se le caen los huevos y la esvástica al suelo.

¿Qué les pasa a los de Més? Sólo atino a pensar que igual su vida es una mierda, que nadie los quiere y por eso se empeñan en joder la existencia de los demás. La campaña del Consell es un insulto. Para empezar un tipo que putea a su mujer es un maltratador. Y si la mata es un asesino. Eso no es culpa del amor romántico. Además, parece que San Valentín es sólo para parejas heterosexuales con maridos neandertales. Y digo yo: ¿acaso no tienen derecho al amor romántico los homosexuales, las lesbianas y las personas transexuales? ¿Por qué Ensenyat y Més quieren meterse en nuestra cama? ¿Me meto yo en la suya? Si uno quiere ser cursi y relamido y celebrar San Valentín en plan película bobalicona de Meg Ryan es asunto suyo, no le importa a nadie. Si a uno le apetece regalar un detalle a la parienta, o al pariente, se lo hace y punto. El que no lo quiera celebrar, que no lo haga. A ver si va a acabar resultando que los floristas son una pandilla de fachas machistas por vender rosas, que molan mucho para el aquelarre de churros amarillos del Día del Libro, ahora Sant Jordi, pero nada para San Valentín. Y lo de un 14F anticapitalista es digno de un sesudo estudio psiquiátrico. Están enfermos, de verdad, necesitan ayuda urgente.

La traca de Més la ha puesto el alcalde de Palma, Toni Noguera, el hombre al que hay que regalarle sin falta unas katiuskas porque pisa todos los charcos que le salen al paso. A nuestro primer edil lo han imputado por la prohibición del alquiler turístico en Palma. En realidad, lo han imputado por la forma en la que lo hizo. Dice Neustru que la prevaricación no es corrupción, al tiempo que pone el ventilador en marcha para escampar la responsabilidad —o la mierda— al resto de partidos que votaron en favor de la prohibición en el pleno. Se excusa en que la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma —que no son de los suyos, qué va— se lo pidió y ellos hicieron. Y los de la Federación dicen que ellos no iban por allí, no vaya a ser que les caiga algo de rebote. Ya, nadie os vio pastelear por Cort…

Noguera ha comprobado lo fácil quees que a un político le caiga una imputación. Podemos discutir si hubo mala fe y prevaricación —actuar mal a sabiendas— o si fue una irregularidad administrativa. Aun siendo piadoso y admitiendo lo segundo, en Més se han hartado de señalar, acusar y pedir dimisiones ajenas. El puto karma es un bumerán, lo que hagas te vuelve.

Me temo que de Més hablaremos más. Més y más. Pero esas serán otras historias…

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