Mujeres del siglo XXI

Llega un año más el día de la Mujer 8 de marzo y parece que este año más que nunca se llenan los medios de anuncios relativos a la Mujer, a lo que podemos o no hacer.

Conscientes de todo lo que todavía nos queda en avanzar en cuanto a la igualdad de géneros, pienso que no debemos de olvidar todo lo que ya hemos avanzado en el siglo pasado y en este comienzo de siglo.

No obstante, tenemos que tener claro que, en estos tiempos en los que pareciera que no debería de ser necesario tener que contabilizar cifras, sigue siendo importante que lo hagamos.

En la actualidad sólo 1 de cada 4 puestos directivos en España, lo lideran mujeres, en relación a países como Rusia el cual cuenta con un 45% de mujeres ejecutivas en sus empresas, Filipinas o Lituania con un 39%.

Cierto es qué en los últimos años, hemos mejorado mucho las estadísticas, pero si yo les preguntara, por cuántas mujeres inventoras, científicas o de alta dirección conocen o de las que han oído hablar, posiblemente me sobraría dedos en mi mano derecha.

Todavía tenemos muchas cosas que decir y hacer las mujeres en este siglo y todo comienza por hacer un cambio de creencias en nosotras mismas.

Hoy en día son muchas las niñas y adolescentes que siguen eligiendo carreras llamadas “de mujeres”, como enfermería o magisterio, sin tener en cuenta que hay muchas más posibilidades para ellas que realizar una carrera de mujer. Yo misma hice eso en mis tiempos jóvenes, pero si algo he aprendido es que, hay otra forma de vivir en el mundo y de aportar en nuestros días.

Pero no podrá producirse un cambio real hasta que se produzca dicho cambio en los cerebros de todos nosotros y sepamos que hay otra forma de vivir y de estar en el mundo.

Desde mi punto de vista, las mujeres nunca seremos iguales a los hombres, ni debemos intentar serlo, porque ahí ha radicado el error de las generaciones anteriores.

No tenemos que ir a una igualdad, tenemos que trabajar en post de la seguridad absoluta de que el sexo del individuo, no tiene que importar a la hora de decidir que puesto profesional desempeñar, sino las capacidades físicas y mentales del individuo, que son cosas totalmente distintas.

Es por ello que, si dicho individuo tiene unas capacidades innatas y aprendidas para desempeñar un puesto de relevancia, ¿cuál es la razón por la que no puede hacerlo?.

Dejemos de hacer una discriminación sexista a la hora de la realización de un puesto y basémonos en las capacidades y destrezas del ser humano con el que debemos trabajar.

Y para ello comencemos todos a creer que esto es así, que hay cosas que obviamente se le pueden dar mejor a un hombre o a una mujer, según su naturaleza y capacidades y otras no.

Utilicemos el sentido común para llegar a un equilibrio respecto a lo que llamamos “igualdad de géneros” y comenzamos a trabajar en post de un beneficio común de nuestra sociedad.

Solo así nuestros niños y niñas podrán educarse bajo la creencia de un equilibrio entre los sexos independientemente del que tengan o elijan tener.

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