Ayer se inauguró una obra pública necesaria (de las pocas que inaugurará este Govern que ha venido a llamarse eco soberanista) y que llega, como siempre, tarde y mal. Demasiada gente que era padre, que era hijo y nieto, que era marido o amante, o no era nada de eso y solo era buena persona; quizás también alguna mala persona, pero tenía derecho a vivir. En cualquier caso, de lo único que tenemos certeza, es que era contribuyente.
Ese contribuyente se ha dejado la vida entre Llucmajor y Campos, una carretera aparentemente sin problemas que ha realizado una auténtica escabechina. La solución técnica, obviamente, llega tarde, demasiado, pues cada uno de los fallecidos murió cuando le tocaba, pero para los suyos siempre fue demasiado pronto.
Quien ha tenido el honor de inaugurar la tan necesaria autopista ha sido la señora Cladera, Presidente del Consell de Mallorca, la cual tiene en su débito el triste honor, en un ramalazo nada democrático y de transparencia, de haber impedido la comisión de investigación de los abusos sexuales a menores en el seno de la institución que preside; desconozco si la señora Cladera se ha pronunciado en algún momento contra dicha vía y si le parece todo correcto y adecuado a su forma de pensar.
El gobierno del Consell está integrado por los partidos del pacte que, de forma reiterada, se han manifestado contra dicha actuación viaria, y en lugar de pelear por sus ideas y las de sus votantes han preferido la mullida moqueta y el butacón y, obviamente, sus miles de eurillos, pues fuera del gobierno hace frio (no lo tomen en sentido literal, con este avance del verano) y con su cualificación y capacitación nadie les pagaría el salario que perciben.
Han hecho mutis por el foro. No han acudido a la inauguración, han vendido su alma al diablo, junto con esas asociaciones próximas a la izquierda que son capaces de encadenarse cuando es un proyecto de la derecha. pero ahora es el Consell el autor, conocido como 'sa repartidora', pues lo único que hace es repartir NUESTRO DINERO a asociaciones afines que ante hechos como estos callan. Paz por territorio.
Llámenme iluso, pero si hoy algún cargo público, en lugar de hablar de día incómodo, hubiese dimitido de su cargo, le respetaría como político y como persona; debo decirles que, tras tantos años de hablar en verde, cuando han catado la moqueta roja son los más azules fachas. Los cargos políticos de MES y de UP no tienen mi respeto personal; supongo que les importa un bledo, pero ellos son los que se han vendido por dinero, los que han permitido que se haga una autopista que encajaría en Chicago, pero no en Mallorca, pues está sobredimensionada, y ellos han callado. Han callado por dinero y alegan que ha sido un día incómodo. Pobrecitos, me emociono al oírles.
Han traicionado a los suyos y al resto de ciudadanos, y así les va en las elecciones, con la política más nefasta que ha parido esta tierra, que es la señora Fina Santiago. El pueblo les volverá la espalda, porque no tienen ni conciencia, ni honor y, mucho menos, palabras; se han vendido por treinta monedas de plata, al cambio de hoy, unos miles de euros al mes.
Me gustaría conocer la opinión de aquellos primeros defensores de nuestro territorio, de nuestro pequeño país, aquellos que, en julio de 1977, desembarcaron en Dragonera para evitar su urbanización, justo después de la dictadura y en una España que aún no era una democracia. Ellos sí se jugaron el tipo por una idea y un proyecto ecológico; creían en lo que pensaban y lo defendían con su propia integridad. Había cesado poco antes de la presidencia del gobierno Arias Navarro. Poca broma; se le conocía como el carnicerito de Málaga en su etapa de fiscal.
Los ecologistas de hoy son señoritos de salón con un discurso lleno de obviedades y frases hechas que, entre otras cosas, se permiten responsabilizar a los navegantes de la muerte de la posidonia cuando ellos son los responsables de que las administraciones sean los primeros contaminantes en nuestro pequeño país y sus aguas jurisdiccionales.
Yo, que también me declaro ecologista, que con mis limitadas posibilidades lucho contra la contaminación y procuro que el medio ambiente no se dé cuenta de que he deambulado por algún lugar, creo que la obra que se ha hecho es necesaria, pues la protección de la vida (en eso se amparan los que defienden que la señora Armengol pueda limitarnos derechos manu militari, prácticamente; yo estoy con los otros tribunales del resto de España y de los dos votos particulares de aquí), está por delante de cualquier cuestión. Aún así, pienso que está sobredimensionada y se podría haber consumido menos territorio, salvo mejor criterio de los técnicos.
Creo que ha llegado el momento en que los ecolos de las instituciones se pongan dignos por una vez y abandonen sus cargos para no tener que pasar por otra vergüenza, que será que la ciudadanía arruinada los echará. Que hagan otro mutis por el foro.
Al Almirante Hila le damos permiso hasta la próxima semana; no hay necesidad de ensañarse con él, aunque se ensañe con los ciudadanos de Palma con sus despropósitos.