Nadie es perfecto

En general, cómo nos gusta quejarnos. Supongo que no descubro nada nuevo. Ante la duda, queja. Y no solo nosotros…siempre están ahí ese tipo de personas que, pase lo que pase, saben encontrar ese resquicio, ese hueco, ese espacio necesario para hacer de la queja su bandera. Todo lo que pasa ya se lo veían venir y, por supuesto, es culpa de los demás. Por centrar un poco el discurso, hablemos de turismo, ya que estamos inmersos en plena temporada y a las puertas del todopoderoso mes de agosto.

Durante años hemos estado refiriéndonos de forma repetitiva y cansina a esa palabra mágica al fin admitida por la RAE, “desestacionalizar”, como el auténtico Santo Grial de nuestra industria turística, lamentando año tras año que dicho objetivo no acababa de alcanzarse. Del mismo modo, cuando se hace referencia a las zonas maduras (todos tenemos en la cabeza enclaves turístico llenos de contrastes, como Magaluf o El Arenal) todo son lamentos y quejas (y vídeos, por desgracia) Y cuando se insistía en que una ciudad como Palma carecía de vida, que parecía dejar de latir con la caída del sol, también lamentábamos que nadie hiciera nada al respecto.

Pues bien, sinceramente, sin que se trate de concluir que todo es fantástico y que ya está todo hecho (nada más lejos de la realidad) lo que sí debemos reconocer es lo mucho que se ha trabajado y quién ha trabajado para que nos hallemos en la situación actual. Durante la pasada legislatura, sistemáticamente criticada en toda su extensión sin ningún tipo de rubor, se cometieron errores, eso es así. Pero también hubo grandes éxitos.

Desde la Conselleria de Turismo se trabajó mucho y bien para lograr, con el paso del tiempo, probablemente, la mejor temporada turística de la historia de nuestras Illes. Se presentaron nuevos productos turísticos, se apostó por nuevas propuestas tecnológicas y, al fin, después de mucho tiempo, ya sí se habla de desestacionalización. Por su parte, el sector hotelero ha respondido alto y claro y, sin ir más lejor, en el siempre delicado asunto de las zonas maduras, cadenas tan consolidadas como Melià, Iberostar o Palladium, han apostado de manera firme y decidida por un cambio, relegando al olvido los 36 € noche todo incluido, y consolidando los 300 a 1000 € noche en sus nuevos y remodelados establecimientos. Y del mismo modo, también merece la pena destacar la aparición de jóvenes cadenas con muchas ganas, donde contra lo que muchos puedan pensar, el trabajador es lo primero y forma parte del proyecto que pretenden llevar a cabo. Pienso, por ejemplo, en el fantástico equipo de SOM Hotels, en el ambicioso proyecto del Park Hyatt Mallorca, o en estos maravillosos hoteles boutique que adornan las calles de Palma y que han contribuido de forma decisiva a revitalizar las calles de Ciutat junto con las preciosas terrazas y determinados establecimientos comerciales que convierten a Palma en la mejor ciudad del mundo para vivir. ¿Queda mucho por hacer? Por supuesto. ¿Todo es perfecto? De ninguna manera.

Hay que seguir trabajando, faltaría más. Todos debemos seguir empujando, desde el sector público y desde la iniciativa privada, pero sin poner palos en las ruedas. Porque quejarse está muy bien, pero no caigamos en el error de dejarnos llevar por la queja sistemática cuando no hay argumentos que la sostengan. Por ejemplo, todavía en la última semana de julio y ya nos han repetido hasta la saciedad que estamos al borde de la saturación, que nuestras carreteras no pueden soportar el volumen de visitantes al que las estamos sometiendo y que no vamos a tener suministro de agua potable suficiente para aguantar el fuerte empujón de agosto.

Dicho así, estamos para dedicarnos a otra cosa, ¿verdad? Pero es que, siendo cierto que ahora debemos empezar a gestionar nuestro éxito y que con la promoción de nuevos productos turísticos, lo aconsejable es que se reduzca el número de visitantes para centrarnos en aquellos que tengan un mayor poder adquisitivo, tampoco debemos olvidar que se están haciendo cosas bien. A modo de ejemplo, desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), en el marco del Convenio firmado por la patronal hotelera con MAC Insular, desde octubre de 2015 hasta junio de 2016 se han reciclado 63.000 toneladas de residuos, un 28% más que la temporada pasada. O, en estos momentos de escasas y contadas precipitaciones, el consumo de agua en los hoteles de Mallorca bajó en 2015 más de un 25% respecto de la temporada anterior. Se trata de datos muy reveladores que deben conocerse y que ponen de relieve que todos tratan de aportar su granito de arena para que nuestra principal industria siga creciendo y evolucionando. Sí, todo es mejorable, y en esas estamos.

De momento, y tras las noticias publicadas ayer mismo en este mismo diario digital, comencemos por controlar los 40.000 coches de alquiler que no están registrados y que circulan por vuestras islas de modo irregular. Esta será una buena forma de seguir apuntando en la buena dirección. Porque está claro que no todos reman en el mismo sentido y que, evidentemente, algunos se pasan de frenada. En ese caso, contra quienes se aprovechan del trabajo de muchos para obtener dinero rápido defraudándonos a todos, implacables. ¡Ah! Por cierto, me gustaría aprovechar estas líneas para desearles a todos un muy feliz verano. Disfrutemos de cada segundo en este paraíso que es Illes Balears. Merece la pena. #quéseríadelavidasinestosmomentos.

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