No es la sociedad en la que quiero vivir

Se dice que un pesimista es un optimista informado. Por naturaleza soy optimista pero esta semana me he venido abajo y sólo veo nubarrones, como el tiempo, en esta sociedad de la que tomo parte.

Quizás porque tengo hijos en edad escolar y son lo que más me importa en este mundo me ha impactado especialmente la agresión en el colegio a una niña de ocho años. No conozco las circunstancias lo que tengo claro es que es absolutamente inocente de todo esa niña y es víctima de lo ocurrido. Nada justifica lo que le ha pasado. Me hubiese gustado que el Director del centro y el Conseller del ramo diesen la cara… y no lo dejasen todo a una investigación; los ciudadanos tenemos derecho a saber; desde aquí mi consideración a la familia de la niña agredida y también a la de los agresores, pues ellos también tienen un problema.

Justo antes de empezar a escribir estas líneas he tenido la suerte de encontrarme en un ascensor a una persona a la que admiro por sus formas exquisitas pero especialmente por su fondo, por su criterio; y hemos estado hablando de lo enferma que está la sociedad y de la pasividad que tenemos los ciudadanos ante esta situación. Una sociedad en la que la gente se alegra de las penas que se imponen a quienes han sido sus gobernantes, aunque sean culpables de esos delitos… cité recientemente a Concepción Arenal y lo hago de nuevo: “odia el delito y compadece al delincuente”.

Esa sociedad que se alegra de los males ajenos no es la sociedad en la que quiero vivir. Hace pocos años falleció Hessel, miembro de la resistencia francesa y redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y autor de unos opúsculo titulados indignaos y comprometeos. Son el punto de partida para que algo cambie y no según el criterio de Lampedusa (es preciso que todo cambie para que todo siga igual) sino un cambio de verdad, un cambio desde el Estado de Derecho y desde la razón. Es el momento que los ciudadanos, cada uno desde nuestro lugar, trabajemos para que esta sociedad nuestra no recupere sus valores, sino que tenga valores, viejos o nuevos, y que su comportamiento sea ajustado a dichos valores. Ya hemos perdido demasiado tiempo en el pasado lamiéndonos heridas, es el momento de ir hacia adelante y construir un mundo mejor. Que pasen un buen dia.

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