“It’s not unusual”, “No es nada extraño” fue uno de los primeros éxitos del cantante galés Tom Jones. Si lo era que Maheta Molango aceptara dar explicaciones a cualquier aficionado que se diera cita en la sala de prensa de Son Moix y mucho menos después de que casi un centenar de ellos pidiera su dimisión, junto a la del director deportivo, Javier Recio e Iván Campo. Al final la convocatoria se circunscribió a los presidentes de las penyes de los que si restamos los ausentes o desinteresados, el auditorio con derecho a preguntar se reduce a menos de la mitad. Naturalmente la señora presidenta de la Federació calla, aguanta y se somete en lugar de anular la convocatoria e invitar a manifestarse en el estadio el sábado. No hace falta poner nerviosos a los jugadores; antes del inicio del juego, en el descanso y al final hay margen para expresar lo que cada uno quiera, si es que realmente quiere o, por el contrario, se ha montado un paripé.
No hay que confundir la velocidad con el tocino. Nadie ha solicitado que los accionistas, con Robert Sarver a la cabeza, abandonen el club a su suerte. Habría que ver la opinión de los aficionados si se propusiera una venta del club a empresarios más próximos e involucrados. No obstante lo que si flota en el ambiente es que alguien haga llegar al dueño la necesidad de poner el timón del club en manos muy distintas a las que lo manejan actualmente. Si el contacto de los americanos es el propio consejero delegado, mal andamos. En este punto siempre me he preguntado qué pinta Monti Galmés o si verdaderamente es consciente de que, como único mallorquín del consejo de administración, ha de contemplar ciertas obligaciones. Entre ellas la única que tiene asignada oficialmente, procurar que la representación del club no quede en evidencia y su presencia en todo tipo de actos no llame la atención por lo que lo hizo la de Iván Campo en una tertulia radiofónica celebrada en el auditorio de un colegio palmesano. Vean las fotos.
