Con más de 3 millones de autónomos en España, si fueran un partido político serían la tercera fuerza del País, con el poder que eso concede, como por ejemplo estar presentes ahora, en las negociaciones de un nuevo Gobierno.
Pero nada más lejos de la realidad, son 3 millones de autónomos, fuente de impuestos y pasto en miles y miles de casos de esta globalización de mercados. Resulta pasmosa la facilidad que tienen muchos políticos cuando les hablan de los autónomos, casi todos tienen un pariente o amigo que lo es o lo ha sido, por lo que “entienden” muy bien sus problemas y por supuesto juran que arreglaran sus problemas.
Un pago mensual de cuotas muy por encima de países con un nivel superior al nuestro como Francia o Reino Unido. Acceso al crédito restringido salvo excepciones, que suele ser, poner tu patrimonio como fianza. Todos en el mismo saco, los “autónomos” con empresas que facturan millones de euros, o el autónomo que factura unos miles de euros. Ayudas a bombo y platillo, con letra pequeña que hace imposible acceder a ellas a la inmensa mayoría.
Podríamos relatar más injusticias contra este colectivo, el colectivo que les recuerdo, es aquel que nunca se pone enfermo, disfrutan de “vacaciones” de aquella manera y que sin embargo sigue generando riqueza para el País.
En este verano tán torrido y con un machaque constante del “esfuerzo” que tienen que hacer nuestros políticos por ponerse de acuerdo para formar gobierno y evitar unas terceras elecciones, quizás tendrían que ponerse como ejemplo a este colectivo que cada día tiene que pactar con Dios y el Diablo para sacar adelante sus negocios.
Para aquellos autónomos que esten a punto de sus vacaciones o las hayan podido tener, va mi recuerdo y también un aviso, quizás es la hora de que los que puedan se conviertan en empresas de más nivel, porque el autónomo “normal” está en serio peligro y necesita que su empresa sea más fuerte para afrontar los nuevos retos que van surgiendo.





