No he aplaudido en el Congreso

Han terminado los dos congresos de los dos partidos más importantes de España. Han terminado como se sabía que iban a terminar. El uno, es decir, el PSOE, con la claque bien preparada para ensalzar al Dictador hacia la cumbre de la historia. Y el otro, es decir, el PP, con la claque bien entrenada para gritar “presidente, presidente”. Que poca vergüenza que tienen estos corruptos, unos y otros, y encima sus acólitos de los Medios de Información, pagados por unos y otros. Por una vez que se reúnen para debatir los temas de interés desde cada una de estas dos filosofías y modelos de la sociedad, se dedican a acusar al otro “y tú más” Y a vender su integridad absoluta ante la corrupción, el puterío, las mordidas, los enchufes y las pagas. El capitán del barco que naufraga, Sánchez, dice que se queda a la caña para campear el temporal. No tiene ni pajolera idea de lo que es un responsable de organización o partido político. Es un déspota, un dictador, autoritario y mentiroso que se ha valido de una banda  de delincuentes para conservar su liderazgo.

¿Saben ustedes, estimados lectores, cuál es el trabajo del secretario de un partido? No es solo tener los papeles en orden. Su trabajo es conseguir dinero legal e ilegal de empresas, fundaciones y personas que contribuyan al mantenimiento del partido. O se creen que funcionan solo con las cuotas y las subvenciones ¿Cuánto creen que ha costado estos congresos y se imagina quién lo ha pagado? Pues eso. Se trata de buscar dinero para pagar a los que no están colocados. Y quien los colocas, es teóricamente el Líder. Es decir, el Secretario General o Presidente, según el modelo político, bajo la supervisión y gerencia del número dos y el tres. Por eso, lo de los cambios. Ahora el PSOE no tiene fuentes de ingresos en las Comunidades Autónomas, todas son del PP o de sus socios nacionalistas, separatistas, terroristas y ladrones, así que ellos se quedan con el pastel y el PSOE con las migajas. Y el PP, que manda en casi todas las administraciones autonómicas y locales de España, se ha olvidado del verdadero trabajo de los números dos y tres y venden la burra del presidente Feijóo, como el gran líder nacional,  ahora del centro. Son tan idiotas que se creen, que los que antes gobernaban, es decir, la izquierda, se ha escondido en los cuarteles de invierno y no investigarán nada de lo que haga el PP. Están muy equivocados, Son miles los funcionarios de plantilla, los contratados, los enchufados de la izquierda que ya están buscando rastros de corrupción. Una información  que verá la luz, en el momento en  que se convoquen elecciones.

Dos congresos que se pueden resumir en una sola línea: no han servido para nada. Mientras, los españoles de uno y otro talante, incluso los que no son demócratas, siguen padeciendo los problemas reales que afectan a estas Españas. El más importante, la carestía de la vida. Los salarios no bastan para vivir con un mínimo de dignidad. Los jóvenes no pueden acceder a una vivienda, mientras a los inmigrantes irregulares les construimos un piso y se lo pagamos. Los okupas ya han aprendido a reírse de la ley, de la policía y de los jueces. Aquí no pasa nada y búscate la vida y tendrás casa y piscina gratis. España vive un caos histórico en sus infraestructuras de servicios. No solo los trenes, los aeropuertos y las carreteras están al límite y el PSOE no ha hecho nada por arreglarlo, ya que sus socios ecologistas y comunistas no quieren calidad de vida. Y el PP, que ahora manda, no se atreve ni propone obra pública, porque aún no se ha decidido qué empresa es la que se va a beneficiar de la concesión. Se han cargado la independencia de los poderes del Estado y no dejan a los jueces que hagan su trabajo. Pero si son de alguna asociación democrática, son buenos, pues son de izquierdas. Pero si no lo son, para ellos son fachas y hay que sacarlos de la carrera judicial. Y de los impuestos, por qué nadie habla en estos días en que los españoles debemos hacer cuentas con hacienda. El 30% de los impuestos que pagamos se dedican a pagar a enchufados, políticos, amigos, amigas íntimas, empresas de amigos y de amigas o esposas, a asociaciones de mi cuerda y a todo quisqui que me vote. Pero todo es igual, no pasa nada. Los líderes se sienten dioses, como los generales romanos que disfrutaban de un Triunfo. Pero como a ellos, siempre habrá un sencillo ciudadano que les recordará que solo son humanos. No dioses.