El Sr. Pedro Sanchez, hasta ahora lider del PSOE, dimite como Secretario General, llevándose el estigma del NO, el “NO a Rajoy”,” el NO es NO” , “que parte del NO, NO entiende” repetidas todas hasta la saciedad, tanto por el, como por toda su camarilla.
Podría quedar en una anécdota, pero no lo es, utilizar la negación para hacer política, no es una buena solución y mucho menos un argumento. El no tan rotundo a un partido, que aunque le cueste admitirlo tiene unos puntos en común muy importantes, como la defensa de la Constitución y el modelo de Estado, no es muy vendible. Si le unimos esto a que el Sr. Sanchez cosecha consecutivamente los dos peores resultados de la historia de su partido, perdiendo cada vez por más diputados, con el partido al que le dice NO, una media de tropecientas veces al día, era previsible que la situación se pusiera muy tensa, llegándose a romper como así ha pasado.
Las connotaciones de esta debacle y tristre espectáculo, definido todavía por alguno de sus colaboradores, como una muestra de democracia y debate interno o por los que están a su izquierda como un “golpe de mano”, están por verse y esperemos que no tengan más repercusión para este País.
Se ha hablado y se va a hablar más de lo que ha sucedido esta semana, pero yo me quedo con algo que de verdad me preocupa sobremanera. El Sr. Sanchez y muchos dirigentes de su partido y de otros partidos son parte de una generación de políticos que no están por la labor de gobernar para todos, creen que teniendo contenta a su parroquia, ya es suficiente. Tienen un ego kilómetrico y de nada sirven los avisos que les podamos dar el resto de los mortales, porque creen que estan provistos de una luz que los demás no vemos, pero a ellos les conduce a la victoria.
Altura de miras, bien común, hacer País, los problemas de la mayoría, el rumbo de la Nación,la separación de poderes, son sólo slogans para sus mítines, cuando tendrían que ser las Tablas de los Mandamientos. Quizás que una buena parte de los políticos de la actualidad no hayan pegado un palo al agua y den el salto de la Universidad a la pólitica, o de las Juventudes de los partidos al Congreso, tenga algo que ver, con esa falta de preparación y de saber hacer.
Cordura, sensatez, trabajo y constancia, son principios básicos en muchísimas profesiones, que alguien venga y empiece a repartir clases por favor.