Que no se engañen los aficionados del Atlético Baleares, ni les confundan con el cuento del campo que utilizan como equipo local. Bajo las órdenes de Josico ni se acordaron de las dimensiones de Son Malferit, ni de las condiciones del césped artificial. No vaya a resultar ahora que sus futbolistas posean tan virtuosa técnica con el balón que necesiten otro terreno de juego para lucir sus cualidades. Después de haber disputado seis partidos en Palma y habiendo marcado solo dos goles, ante el Lleida y el Olot, alguno de ellos rozando el límite del tiempo reglamentario, el problema no es el rectángulo verde, sino otro u otros. Ellos sabrán.
Mi opinión es diferente. En primer lugar Armando de la Morena no tiene nada que ver con los técnicos que la han precedido, ni siquiera con Nico López o Cristian Ziege. No tiene plantilla para lo que intenta hacer y cuanto antes se dé cuenta, si es que lo hace, mejor para el equipo. Tampoco es fácil sustituir a un delantero del peso específico de Rubén Jurado, sobre todo si otro de sus avales, Xisco Hernández, se quedó en el club algo forzado y, además, le ha pasado un año por encima. Y luego un error de cálculo, basó toda su pretemporada en ganar el tercer partido del calendario con motivo de la visita del Mallorca y todavía no se ha recuperado de la indigestión.
Siempre les quedará enero, como a todos, y podrá disponer de la visita a Santa Eularia el miércoles para restañar algunas heridas, como hizo en el feudo del Aragón aun sin convencer. Sin embargo no parece que sus dificultades se vayan a solucionar con una sola jornada de júbilo, ni con el horizonte de regresar al Estadio Balear en primavera. Ahi hay algo que no funciona y quien, sin duda, tiene que saber lo qué es.





