Las primarias de la coalición Més, cuyos militantes, seguidores y votantes son todos progresistas, pueden quedar marcadas por el trato despectivo que se dio el pasado sábado a Madiop Diagné, presidente de la Comunidad Senegalesa y a muchos de sus integrantes, que se inscribieron como votantes en este proceso electoral interno.
Diagné, simpatizante de Esquerra Republicana y filólogo catalanoparlante, se presentaba como candidato en Palma. Según Esquerra, cuando fue a votar miembros del PSM le dijeron que no podía hacerlo. Otros de sus compañeros también tuvieron problemas. Algunos fueron derivados a Lluchmajor, lejos de las urnas de Cort, porque viven en s'Arenal.
Algunos de los que menospreciaron a los senegaleses eran los mismos que les fueron a buscar cuando Més armó un escándalo en el Parlament contra el conseller de Salut por el caso Alpha Pam. Pero a la hora de acudir a votar todo fueron malas caras por parte del aparato PSM-IV ya que Madiop Diagné y los suyo iban a hacerlo por el candidato alternativo de Esquerra, Joan Josep Pascual, y no por ellos. Fue patético.
El reglamento de las primarias de Més permitía votar a los inmigrantes al igual que se hizo hace poco más de una semana en el referéndum alternativo de Catalunya. La candidatura de Diagné fue aprobada por el comité electoral. Sin embargo, fue apartado del voto, según Esquerra, por un puro formulismo burocrático. Parece inaudito.
Este triste capítulo de parte de la izquierda mallorquina habría sido imposible sin la anuencia de Antoni Noguera, candidato a alcalde propuesto por el PSM y sus aliados de IV. Noguera no hizo nada por evitar la humillación propinada a Madiop Diagné. Es comprensible que lo consintiera porque se jugaba las habichuelas si ganaba el candidato alternativo de Esquerra, Joan Josep Pascual, y se quedaba sin poder repetir en Cort. Fue una reacción humana, aunque peligrosa en un político progresista que cree -o debería creer-en la integración de los inmigrantes.
Estamos en Mallorca y aquí todo se tolera, y más en la tensión y las improvisaciones de última hora en unas primarias.
Porque si Noguera se hubiera comportado de forma parecida en los Estados Unidos habría sido tachado inmediatamente de señorito de plantación que no consiente que gente de color vote en su contra. En Norteamérica son implacables con estos brotes difíciles de calificar y de comprender en nuestro entorno. Pero es peligroso. Y más cuando se trata de un proceso electoral. Y mucho más cuando afloran contradicciones ideológicas de enrome calibre en las filas progresistas.
A la Gran República le costó sangre, sudor y la pérdida de sus mejores hijos erradicar la esclavitud y conquistar una sociedad de hombres integrados en una cultura puntera, libres e iguales como querían los republicanos del Norte, enfrentados a los señoritos cortijeros de plantación, esclavistas del Sur. No todos los liberales del Norte entendían aquel noble anhelo de igualdad, que costó 600.000 vidas a la nación.
El presidente Abraham Lincoln aclaró las ideas a tibios, acomplejados y oportunistas: "Sé que a muchos de vosotros no os atrae luchar por los derechos de los hombres de color. Pero yo os digo que ellos sí están dispuestos a batirse por vosotros, por vuestros derechos, por vuestros valores, juntos, codo con codo, hasta el mayor de los sacrificios, con la bayoneta bien dispuesta para contribuir a alcanzar este gran logro de la Humanidad".
Son palabras elevadas. Tal vez demasiado para la mente de un candidato a alcalde que parece no haber comprendido que una lengua y una cultura comunes y la voluntad de integración une a las personas muy por encima del color de la piel e infinitamente por encima de intereses cortoplacistas de ganar un proceso interno.
La FIFA ha convocado a los más famosos futbolistas del planeta a una campaña publicitaria: No to racism. Respect. Las grandes figuras del balompié se han sumado con orgullo a la iniciativa. Es todo un ejemplo contemporáneo. La huella de Lincoln sigue viva, inmutable e imperecedera, como una estrella solitaria sobre nuestras cabezas y nuestras conciencias.
De haber nacido hace 180 años, es probable que Madiop Diagné y los republicanos nacidos en Mallorca que le han dado su apoyo estarían en las filas de Lincoln para "dar la máxima medida de nuestra devoción para que está nación pueda seguir viva y experimente un renacimiento de la libertad. Y este Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra".