¡Vuelven las listas de canciones prohibidas! Los penúltimos monguers en subirse al carro del totalitarismo musical han sido los figuras del Gobierno de Navarra. Se han sacado de la manga un programa educativo llamado Skolae, que se supone que tiene que ver algo con la escuela en vascuence, pero que a mi me da que viene de Skol, de la birra de toda la vida, porque hay que ser muy tontolaba o ir muy mamao de cerveza para alumbrar la parida de que la canción Sin ti no soy nada de Amaral es machista. Bravo por los nacionalistas y los podemitas navarros. La verdad es que no han prohibido la canción, se limitan a señalarla junto a otras como poco recomendables. Veo que ya en las instituciones hay algunos que no se han cansado de señalar con el dedo para que otros hagan de las suyas, ustedes ya me entienden. Muy bonito. Joder, cómo está el país para que Mecano sean considerados homófobos y Amaral machistas.
Ya saben que la política siempre ha tenido mucho de espectáculo, pero lo del tripartito PSIB-Més-Podemos de Palma es el puto circo de Ángel Cristo (en paz descanse) y Bárbara Rey en sus buenos tiempos. Y sí, de circo va la cosa... Ese cajón de sastre — o desastre — que es la regiduría de Cultura, Patrimonio, Memoria Histórica y Política Lingüística va a convertir Can Ribes en un centro para artistas circenses. Dicen que para «dar respuesta a la demanda de los profesionales de circo, que solicitaban un espacio de calidad donde poder entrenar, crear, formarse e intercambiar con otros profesionales. Además, se reconoce el circo como un arte estratégico y se le incorpora dentro del mapa de los equipamientos culturales de la ciudad con el objetivo de convertir la ciudad en un punto de referencia de este arte».
Me cago en la pena negra....
A ver, ¿quiénes demonios son esas hordas famélicas de profesionales del circo que demandan un espacio digno? Yo aquí el único circo que he visto es el de los perroflautas que hacen malabares en los semáforos. El circo es un «sector estratégico»... ¿Pa' quién? Que yo lo respeto, pero no veo a payasos, malabaristas, mimos o trapecistas marchando en manifestación por la calle. Que no se van dando hostias por ahí clamando por un local en el que ensayar. Lo siguiente será una subvención para malabaristas de esos que no se duchan y un escuela oficial del circo, algo tan arraigado en nuestra sociedad isleña. Eso sí, en catalán, que me voy a reír a ver cómo piden la ayudita los mimos. Ayn Toni, Toni.... ¡Nogueraaaaaaaa! Te han contagiado algo raro los de Podemos.
Me cago en la pena negra.... Dos veces.
Otra cosa que me ha hecho gracia — en realidad es una forma de hablar, la cosa es bastante chunga — es la movida pornogay en los vestuarios de los polideportivos municipales de Palma de Son Moix y Son Hugo. Denuncian desde Ciudadanos que han encontrado anuncios en páginas de contactos en los que desconocidos se citan en los vestuarios para romperse el ojete. No sé si es cierto, pero tampoco me extraña. Hay un submundo gay muy hardcore al que le va el rollo del cruising. Durante una buena temporada fui usuario de Son Hugo y nunca vi a nadie dándole al fornicio, pero es cierto que rumores ya entonces había. Lo que sí sé de buena tinta es el rollo homo que se cocía en los baños de El Corte Inglés y los problemas que tuvieron para erradicarlo. Miren, a mí me da igual que se den besitos, que se regalen flores o que se quieran muy fuerte por detrás, cada uno disfruta con quién y cómo le plazca. Pero lo de los vestuarios... No sé. A lo mejor les pueden montar un megacuarto oscuro debido a la gran demanda, como con los del circo. O mejor, todos juntos y así contentamos a dos colectivos de un disparo. Payasos Versus Gayers, parece el título de un videojuego.
De lo que no me he repuesto es de las imágenes difundidas por el colectivo ecologista Mallorca Blue en la que muestran la mierda que acaba en la Bahía de Palma. Lo peor de todo es lo que hemos bautizado como el «surfero fecal», un tipo adentrándose en un mar de mierda con su tabla frente a la Catedral de Palma. Valiente lo es, qué duda cabe, pero el pestazo a truño no se lo quita ni con un cargamento de limones salvajes del Caribe. ¿La pena negra? No, la pena marrón, pardusca, hedionda... A eso se le llama invertir el dinero de la ecotasa. No, si al final la pasta se la llevarán los payasos.
A todo esto les confieso que me he quedado admirado con los actos de conmemoración del final de la Gran Guerra en París. Hace cien años del armisticio de lo que hasta entonces había sido la mayor carnicería conocida por la Humanidad. Por desgracia, la Gran Guerra pasó a ser la Primera porque hubo una Segunda, una aún más cruel coda de lo acontecido entre 1914 y 1918. En los actos han estado presentes 72 jefes de estado unidos por el recuerdo. Dentro de poco entraremos en 2019 y se cumplirán 80 años del final de nuestra Guerra Civil. Me pregunto si entonces seremos capaces de recordar lo que sucedió, de mantenernos unidos y sin tirarnos los muertos a la cabeza. Pero esa es otra historia...
