Nuevas plazas laborales del Ministerio de Cultura y de Justicia

No sé de quien ha sido la ocurrencia, pero desde luego como ciudadano, no me parece nada mal. Creo que la reinserción social del preso se debe llevar a cabo mediante la ocupación laboral y no en patios, duchas y celdas donde me temo que no se aprende nada bueno.

El Ministerio de Cultura y el de Interior acuerdan reservar plazas en museos estatales para condenados a penas alternativas a prisión. Así, las personas condenadas a cumplir medidas alternativas a la prisión, podrán hacerlo mediante trabajos en instituciones culturales del Ministerio de Cultura, como el Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, el Museo Nacional del Romanticismo y el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias.

Entre las tareas previstas se encuentran el montaje de escenarios, el movimiento de vestuario, la colocación de sillas o la reorganización de salas en los museos.

La subdirectora de medidas alternativas, ha detallado que estas condenas tienen una duración mínima de 22 días y que una misma plaza puede ser ocupada por diferentes penados. En su mayoría, estas medidas recaen sobre varones condenados por delitos como maltrato o infracciones de tráfico.

Quizás en otro momento político, entiendo que se podría haber perfilado un poco más la propuesta, más allá de un titular fácil y que puede levantar ampollas.

Digamos que puestos a reinsertar, yo lo intentaría primero con penados por delitos poco relacionados con la violencia, comportamiento incívico-criminal o la agresión. Me recuerda a un terapeuta lumbreras de aquel entonces que presumía de aplicar técnicas innovadoras, y que no se le ocurrió otra cosa que meter una cleptómana severa en el departamento de oportunidades del Corte Inglés en Navidad para comprobar si la chica progresaba correctamente. Eso fue hace años y amigos del terapeuta y de la cleptómana esperamos en la puerta del centro con silla alquilada. Fue apoteósico. Y les juro que es verdad.

Digamos que las tareas que desarrollarán los condenados, no chocarán con la de los empleados de estas instituciones, y el temible CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios), UGT y CC.OO. incluso no lo considerarán intrusismo o vete tu a saber que vulneración del estatuto y derechos del trabajador.

Digamos que mucho estudiante de Gestión Cultural, Bellas Artes y Artes Escénicas ven que los miserables puestos de trabajo voluntario a los que podían acceder, ahora se lo dan a otros que tal vez, no se han pasado cuatro años estudiando, por lo que mi recomendación sería que además del Grado, vayan pensando en conducir borrachos día si, día no o dar alguna somanta de palos a propios o extraños. Todo son puntos para los nuevos puestos de trabajo.

Digamos que se espera que se creen otros nuevos puestos de trabajo alternativo y que complementen la actividad de los penados. Ya sea la de profesionales que evalúen la capacitación sicológica del beneficiado, sobretodo de delincuentes condenados por maltrato e infracciones de tráfico. Lo del maltrato puede ser amplio: Desde animales a las plantas, pasando por los seres humanos, ya sean familiares o extraños. Con los conductores condenados a talego, sólo me cabe en la cabeza a aquellos hijos de puta que puestos hasta las trancas de cualesquiera substancia, asesinan por esas carreteras de Dios.

Tampoco habría que descartar contratar a ferreteros en paro, que regulen o contabilicen martillos, destornilladores, pegamento y cutters al final de la jornada, no sea que aparezcan luego en los centros penitenciarios. Me preocuparía que dichas herramientas se perdieran ya que están pagadas por el bolsillo del contribuyente.

Digamos que no me parece bien que no se respete la paridad laboral, y que sólo se beneficien de manera prioritaria varones, pero si se piensa bien, es hasta una medida responsable cuando no profiláctica. Teniendo en cuenta como está el patio, mejor dejar a las mujeres bajo llave, que todavía hay mucho encargado machirulo en el funcionariado,  ya sea en categoría de afiliado de base o enlace sindical y todos con carné de partido, que se piensan aún aquello del tatuaje legionario del “todas putas menos mi madre”,  y ya no hay tanta Sala de lo Penal y de Violencia de Género para acoger más denuncias.

Digamos que se espera que se requiera uniforme o distintivo que indique que el empleado es un penado. Sería lo adecuado para evitar la tentación de la fuga, aunque los que se encarguen de movimiento de vestuario lo tienen más fácil. Desconfíen si ven a un tipo corriendo por la calle vestido de Don Mendo o Juana la Loca.  Los que somos de formación clásica, también esperamos que los que se dediquen a la colocación de sillas, no hayan visto películas del oeste con escenas de Saloon  o la imprescindible” ¡Todos a la cárcel!” de J.L. García Berlanga.

Digamos que el españolito no tiene muy claro todavía que es esto de la reinserción, y tener cerca a maltratadores y criminales de la carretera cerca, tal vez no le haga demasiada gracia, por lo que se espera que la medida, refuerce sin duda los lazos familiares, ya que siendo el españolito tan celoso de sus mujeres y niños, no les dejará ir solos al baño o perderse por pasillos, aún con el riesgo de incrementar los niveles de neurosis imperante.

Ya se que alguno pensará extrañado que siendo una medida conjunta de Urtasun y Marlaska, hayan dejado fuera de las opciones de reinserción al Museo Nacional de Artes Decorativas, ya saben, el 4M o el Museo Más Marica del Mundo, redenominado así desde el pasado 26 de junio. No sean malpensados. Seguramente ni el ministro ni Marlaska conocen el museo.

Seguramente se ha hecho así para no estigmatizar al condenado, que según me dicen, si el españolito no tiene muy claro todavía que es esto de la reinserción, lo del Queer, no está muy claro en el talego y que tiene sus códigos y refranero: “Al putero se respeta y al marica, el bollate se le peta” (sic).