Open Arms, Closed Hearts

Mientras escribo estas líneas seguramente ya habrán desembarcado los inmigrantes del Open Arms en Lampedusa. Ayer cuando ya dábamos por hecho de que los inmigrantes iban a ser desembarcados en Mallorca la fiscalía de Agrigento ordenó el secuestro del barco y el desembarco forzoso de sus pasajeros en tierras italianas. No se podía haber hecho peor. En todo este embrollo hay muchos culpables y los únicos inocentes son el centenar y pico de personas que se vieron envueltos en alta mar en un lío político cargadísimo de tintes xenófobos y que ha sacado una vez más la peor cara de Europa. De esta Europa comandada por Salvini yo me bajo.

Las redes sociales y foros en Mallorca estaban más ardientes que nunca. Tantos mallorquines y mallorquinas de bien han demostrado que de bien tienen poco y que su alma está reseca y agria. Repetían una y otra vez que “los españoles primero”, que “mételos en tu casa” o que “esto de las ONG es un negocio. Desde el PP y VOX se animaba a rechazar el desembarco humanitario incluso amenazando con denunciarlo y el diputado Marcos de Quinto de Ciudadanos escribió un tweet mofándose y diciendo que a los pasajeros del Open Arms él los veía “muy bien alimentados”.

Pedro Sánchez reaccionó tarde y mal haciendo un ridículo bochornoso aunque finalmente reaccionó. En todo este vodevil sólo se salva la actuación del Govern de les Illes Balears que desde la Conselleria de Afers Socials de Fina Santiago mostraron desde el primer momento su disposición a acoger a los inmigrantes y alojarlos temporalmente en el Seminari Nou hasta que se arreglase su situación. Nos olvidamos en Mallorca que durante muchos años fueron nuestros antepasados los que tuvieron que emigrar a otros países para ganarse el pan. Es paradójico que las buenas cristianas de misa y crucifijo han sido en su mayoría las que más se han opuesto a que Mallorca fuese tierra de acogida cuando más falta hacía. Nos debería hacer sentir avergonzados todo lo que hemos vivido estos días. Nos molesta que rescaten con nuestro dinero a seres humanos pero no nos importa lo más mínimo cuando pagamos entre todos más de 50.000 millones de euros para rescatar a los bancos. Esto demuestra que no es un problema de dinero, es racismo puro y duro mezclado con aporafobia de la peor. Pero no respiren aliviados porque el tema migratorio cada vez irá a peor y mientras miremos hacia otro lado nada se va a arreglar y el día que se despierte nuestra conciencia igual será demasiado tarde y entonces los emigrantes seamos nosotros.

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