El nuevo conseller de Salut de la Generalitat de Cataluña, Boi Ruiz, ha asegurado que sin el 25 por ciento de los catalanes que tienen un seguro médico privado la situación de la sanidad pública en la comunidad sería “dramática”, unas declaraciones que no sólo le honran sino que son de una enorme valentía. Reconocer que, gracias al esfuerzo complementario de una cuarta parte de la población catalana, el Servicio Catalán de Salud puede seguir adelante, no es algo usual y son muy pocos los que se atreverían a hacerlo, ¿Alguien se imagina a nuestro conseller de Salut, Vicenç Thomàs, diciendo algo parecido? ¿Alguien se le imagina agradeciendo el esfuerzo de los ciudadanos que en las Islas pagan un seguro de sus propios bolsillos y evitan que se colapsen consultas y hospitales? ¿Alguien se le imagina reconociendo que si no fuera por las mutualidades de funcionarios civiles, militares y judiciales, el Servicio Balear de Salud estaría en la quiebra más absoluta? ¿Alguien se le imagina poniendo en marcha una política de colaboración en el sector privado para terminar con las listas de espera?... Y así podría seguir hasta el infinito, porque nuestra imaginación no da para tanto y nuestro conseller si ha dado ejemplo de algo ha sido de sectarismo, porque por no reconocer, no ha reconocido siquiera que se equivocó con Son Espases y con las denuncias que formuló en su momento.
