La última agencia de viajes, el último bastión del todavía conseller de Salut, Vicenç Thomàs, que asumía el coste de los billetes de los traslados de los pacientes, ha decidido dejar de hacerlo. Esa única agencia, de Ibiza para más señas, era la que llevó al doctor Thomàs a declarar que no eran todas las que no asumían este coste sino sólo algunas, por lo que en ningún caso se podía hablar de la totalidad de los establecimientos; es más, las palabras textuales del conseller en funciones eran que esta decisión sólo la habían tomado “algunas agencias de viajes y en ningún caso la totalidad de los establecimientos que conforman Aviba y con las cuales el Servicio de Salud tiene convenio”, algo técnicamente cierto pero claramente manipulado. Pues bien, ahora sí que puede afirmarse que son todas, porque la única que quedaba se ha sumado al resto de establecimientos y ha dicho que no asume ni un gasto más. Y así las cosas, no puedo dejar de preguntarme cómo es posible que un conseller, porque todavía lo es, se atreva a decir que todavía queda alguna agencia que sigue colaborando con Salut, cuando sabe perfectamente que sólo queda una y es en Ibiza. ¿Tal vez quería que los enfermos se dedicasen a buscarla para no tener que costear los billetes de sus bosillos? Pero, eso ya no importa, porque ahora no queda ninguna, así que todos aquellos pacientes y familiares que necesiten viajar deberán abonar los gastos y después esperar semanas, meses y lo que haga falta, a que les reintegren el dinero, pero ¿y si no tienen medios? ¿Deberán renunciar a la asistencia? ¿Deberán acudir a la caridad pública? ¿Quién asumirá la responsabilidad por una posible interrupción del tratamiento? Un buen fin de fiesta para Vicenç Thomàs, que se despide de la peor manera posible.
