La capacidad de Podem Illes Balears para liar la madeja y no acabar nunca de resolver ninguna discusión interna parece ser ya marca de la casa. Ahora y sin que se sepa muy bien por qué, (aunque se intuye la voluntad nada disimulada del actual secretario general, Alberto Jarabo, porque aflore este debate), la formación morada vuelve a discutir sobre la conveniencia o no de integrarse en el Govern. Lleva dos años la dirección de Podem, con Jarabo a la cabeza, justificando su opción de no entrar en el Govern y dar apoyo externo en el Parlament en una decisión de los órganos del partido y de la militancia, sin más explicaciones, que pretender que ahora se decida lo contrario, sin tampoco justificar por qué razones habría que cambiar de criterio, es rotundamente incongruente. De ahí que Laura Camargo, se desmarque de la propuesta de Jarabo, quien ya ha anunciado que no optará a la reelección como secretario general.
Pasado ya el ecuador de la legislatura no se comprende que Podem quiera ahora incorporarse al Consell de Govern. Han tenido innumerables oportunidades y en no pocas ocasiones han sido invitados a ello, pero nunca lo han considerado conveniente. Lo cierto es que de este modo han podido eludir el desgaste que toda gestión y acción de gobierno lleva aparejada y, además, también les ha permitido mostrarse mucho más críticos e incisivos con el Ejecutivo de Francina Armengol. El caso más reciente ha sido la petición de dimisión del vicepresidente Biel Barceló por el caso de los contratos al jefe de campaña de Més, Jaume Garau. Carecería de toda lógica que habiendo exigido Podem la dimisión de Barceló y habiendo condicionado su apoyo a tal dimisión, ahora pretenda entrar en el Ejecutivo sin que su exigencia se haya materializado.
En este debate, un tanto forzado, se vislumbra una maniobra de Jarabo para condicionar a la futura dirección que surja de la Asamblea Ciudadana. O quizás porque ahora que sabe que no será el próximo secretario general, quiere ser conseller. Eso explicaría las reticencias de Camargo, que cuenta con muchos apoyos para ser la nueva líder de la formación y que argumenta, con no poca razón, que la entrada de Podem en el Govern cuando solo quedarían menos de dos años antes de la convocatoria de elecciones autonómicas, no permitiría hacer mucho. Además, tampoco PSIB y Més parecen entusiasmados con la posibilidad de que Podem entre en el Govern, aunque no tendrían forma de negarse si ellos decidieran que es lo que quieren.
Habrá que ver cómo se resuelve este debate interno en una formación política que parece estar cómoda permanentemente instalada en la discusión y en la revisión constante de sus propias decisiones.





