Política de boquilla en Cort

Todo el mundo recordará que a principios de la temporada pasada, a raíz de las pintadas antituristas aparecidas en el casco antiguo de Ciutat, y ante el espectacular incremento de visitantes que especialmente los días en que algún crucero hacía escala en el Puerto de Palma, inundaban las calles de la ciudad, el consistorio anunció la puesta en marcha de un plan para evitar la avalancha de turistas. Se planteó que se habilitarían otros puntos en los que los autocares desembarcarían a los cruceristas y no únicamente en el Moll Vell, como por ejemplo la Plaza de España. También se propuso reforzar la línea 1 de la EMT, para repartir mejor el flujo de gente. Se dijo que contaría con el apoyo de los empresarios y comerciantes palmesanos, pues así otras zonas y barrios de la ciudad se verían beneficiados, y no únicamente el casco antiguo y las calles más comerciales.

La política de boquilla es algo muy lamentable que contribuye a la desafección de los ciudadanos hacia sus gobernantes

Como les ha informado este digital, transcurrido un año desde el anuncio en rueda de prensa por parte del alcalde José Hila y los concejales Joana Maria Adrover y Joan Ferrer, nada de eso se ha materializado y la situación de colapso en las calles de la capital cuando arriban grandes buques de cruceros es evidente. La política de boquilla es algo muy lamentable que contribuye a la desafección de los ciudadanos hacia sus gobernantes, porque no es de recibo lanzar anuncios que buscan el impacto de la opinión pública haciéndoles creer que se trabaja para solucionar sus problemas, cuando en realidad luego nada se ejecuta. Ha habido tiempo de sobra para haber acometido las medidas anunciadas cuya efectividad nadie cuestionó y que, según se dijo, contaban con el consenso ciudadano de las entidades vecinales y de empresarios y comerciantes. Ahora, superada la Semana Santa y encarando el puente del 1º de mayo, ya no hay tiempo material para hacer nada, lo que hace prever otro año con las calles más céntricas atestadas de turistas y los residentes molestos. Pero ahora la ciudadanía ya sabrá que no es culpa de los visitantes, sino de Cort, que no ha hecho nada para amortiguar el impacto de tantos cruceristas en la ciudad. Pese a que hace un año que lo anunció el alcalde Hila.

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