CASO VOLTOR | Afirma que Josep Lliteras le daba instrucciones

Un cantante de tangos declara que hacía encuestas para UM mientras estaba a sueldo del Consell

Un cantante de tangos que ha declarado como imputado ante la jueza instructora del caso Voltor, Osvaldo Frías, ha manifestado que se encargaba de realizar encuestas para UM a pesar de estar contratado por una empresa dependiente del Consell de Mallorca, a la que no acudía y después de que fuese colocado en ella por el ex director insular de Relaciones Institucionales, Josep Lliteres, quien precisamente se encuentra encausado en otra causa de presunta corrupción, el caso Maquillaje. Durante su declaración, enmarcada en la ronda de comparecencias que está llevando a cabo la titular del Juzgado de Instrucción número 10, Carmen Abrines, para determinar si afines o militantes de UM fueron puestos a sueldo del Consorcio de Informática Local (Cilma) mientras se dedicaban realmente a labores de partido, Frías ha hecho hincapié en que Lliteres era quien le daba instrucciones, que consistían en recoger un sobre todas las tardes en la calle Sindicato 21 -donde se hallaba la sede de la formación nacionalista- para después entregarlos rellenados en el mismo sitio. Se trataba, ha precisado, de encuestas sobre asociaciones y relaciones entre inmigrantes, no sobre “voto político”, si bien “no tenía conciencia de que estaba trabajando para UM ya que me dijeron que trabajaba para una empresa privada”. “Jamás he ido a Cilma a trabajar”, ha insistido el encausado tras aseverar que, sin experiencia ni formación a nivel de encuestas, firmó el contrato “con los ojos cerrados” después de que Lliteres, quien le “controlaba”, le pudiera en contacto para su colocación con Eugenia Cañellas, ex secretaria del entonces vicepresidente insular Miquel Nadal. En esta misma línea, ha aclarado que, como músico, conocía a Lliteres por una relación personal y no de partido, ya que no estaba afiliado a UM si bien participaba en eventos de la formación “como un seguidor más y sin ningún tipo de responsabilidad”. De hecho, ha apuntado que “no estaba al servicio de UM a cambio del sueldo que percibía” -500 euros mensuales, de abril a junio de 2007- y ha manifestado que en su labor “no había ningún interés político” ya que no podía votar “ni antes ni ahora”. Cabe señalar que su citación junto a la de otros 26 imputados se produjo a petición del fiscal anticorrupción Miguel Ángel Subirán después de que el ex gerente del Cilma, Eugenio Losada, aportase a la magistrada un listado y varios correos electrónicos en los que figuraba el nombre de estos empleados 'fantasma', presuntamente colocados a instancias de los ex altos cargos de UM, según informaron fuentes jurídicas a Europa Press. En total, según la documentación entregada por Losada -también imputado-, un total de 34 empleados fueron contratados con motivo de la puesta en marcha de los proyectos Infomallorca, EIEL y Mallorca Digital, que habrían servido para camuflar su colocación. Unas iniciativas cuyo coste, con cargo a las arcas del Cilma, oscilaba entre los 110.000 y los 190.000 euros anuales. “INTENTABAN ERA AVERIGUAR LA INTENCIÓN DE VOTO” Por su parte, también este lunes ha declarado otra imputada que fue contratada por el Cilma, Rocío Lambea, quien ha señalado que tenía que pasar unas encuestas realizadas en la calle y a medida que las efectuaba, “pude ver que lo que intentaban era averiguar la intención de voto de los encuestados”. En cualquier caso, ha aseverado que nunca hizo una pregunta directa en este sentido sino que se hacía de forma “indirecta”, e incluso ha recalcado que no entregó “nunca nada a UM ni me entregaron nada del partido”.  “Si hacían una fiesta en UM era invitada pero sólo para hacer bulto”, ha añadido la encausada, explicando que quien gestionaba todo su trabajo era la ex secretaria técnica del departamento de Cooperación Local, Coloma Castañer, quien ya afirmó ante la jueza que no dio ninguna lista de trabajadores a quienes había que contratar como tampoco recibió órdenes en este sentido. Mientras tanto, también ha comparecido otro ex trabajador del Cilma, David Soto, quien ha explicado que fue contratado para un proyecto del que no recuerda su nombre entre 2006 y 2007, como auxiliar encuestador. Al respecto, ha negado que “no llevara a efecto mi trabajo” y ha asegurado que cada día “iba al Consell, concretamente a la Llar de la Infància”, a pesar de que “hacía trabajo de campo y estaba en distintos municipios”. Fue tras las elecciones de 2007 cuando se afilió a UM, según ha señalado.

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