Se ha hablado mucho en los últimos días sobre la situación de Son Gotleu y los problemas raciales entre los distintos colectivos que conviven en el barrio. Se empieza a hablar de problemas raciales, que si los colectivos de color pueden sentirse discriminados e incluso se acusa al líder vecinal, Ginés Quiñonero, de xenófobo. La situación racial en Son Gotleu y en otros barrios de Palma daría mucho que hablar, pero no hay que ser hipócritas y centrar el debate en lo que realmente ha ocurrido. Un hombre intentó robar en un piso y, al ser advertido por algunos vecinos, se precipitó al vacío. El presunto ladrón falleció y se organizó la de San Quintín en Son Gotleu. Fueron detenidas varias personas de color, entre las cuales había algunas que residían en Mallorca -vayan al saber cuánto tiempo llevaban aquí- sin ningún tipo de documentación. Si hubiese habido mejores controles en las fronteras posiblemente muchos de los problemas que hay ahora no existirían, pero lo progre hace años era pedir papeles para todos y decir que todo el mundo podía venir aquí porque había trabajo para todos. Estos mensajes, al final, generan conflictos xenófobos y, como en Son Gotleu, guerras vecinales.
