Proteger la posidonia dando ejemplo

La consultora Tecnoambiente ha elaborado un informe encargado por la Asociación de Navegantes del Mediterráneo para averiguar los elementos que causan mayor perjuicio a la posidonia de los fondos marinos baleares. Entre sus conclusiones, el estudio revela que los fondeos de grandes embarcaciones en las costas de las islas no se hallan entre las principales causas de la devastación que sufre la posidonia. Los mayores daños estarían provocados, sobre todo, por los vertidos, las aguas salinas de las desaladoras y por los emisarios de aguas residuales que acaban en el mar.

En las costas de Balears se estima que existen unos 930 kilómetros cuadrados de superficie total de posidonia. Sobre estas praderas marinas discurren 47 de las 104 conducciones para verter aguas residuales al mar que hay en la comunidad. A esto hay que añadir las seis plantas desaladoras que vierten más de 15 millones de metros cúbicos al año de agua hipersalina. El estudio concluye que el efecto de estos vertidos resulta fatal tanto para la posidonia como para el resto de flora y fauna marina local.

El estudio de Tecnoambiente podría ser cuestionado pero, en la práctica, es el único estudio de este tipo realizado en Balears. Por ello, los navegantes reclaman al Govern que paralice el decreto para la protección de la posidonia, especialmente por lo que se refiere a fondeos, y elabore previamente un inventario de los impactos existentes antes de redactar un nuevo decreto junto a los procedimientos de autorización de usos en los distintos tipos de espacios.

El sector se siente "criminalizado" por una administración que muestra una cierta obsesión por lo que considera prácticas "de ricos". La mayoría de los navegantes en aguas baleares son ciudadanos con embarcaciones pequeñas, que salen al mar hace muchos años y que conocen perfectamente dónde echar el ancla y dónde no. Que las anclas de los grandes yates pueden causar daños cuando se fondea donde no toca no lo discute nadie. Para esos casos, ya se aplican métodos de inspección.

La Conselleria de Medi Ambient debería tener en cuenta las demandas de los navegantes y, en todo caso, no despreciar las conclusiones de su estudio, aunque ello suponga reconocer que la mayor parte de la solución está en las propias manos de la administración. Antes de exigir a los demás, debería ocuparse de solventar los problemas que ella misma genera, poniendo los medios y los recursos para que las aguas vertidas por los emisarios hayan sido adecuadamente tratadas y que se reduzca el volumen de agua salina vertida desde las desaladoras. Es aquello de la paja en ojo ajeno y la viga en el propio.

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