Puigdemont avanza firme hacia la declaración unilateral

En su alocución televisada en horario de máxima audiencia, el presidente de la Generalitat ha realizado numerosos llamamientos al diálogo, la negociación y el acuerdo. Sus palabras han sido pronunciadas en tono sereno y apacible, pero en ningún caso han dejado entrever una disposición a ceder en sus pretensiones independentistas. Muy al contrario, ha afirmado: "Estamos muy cerca de nuestro deseo histórico". Y ha asegurado que se mostrará sereno "cuando tengamos que aplicar el resultado del referéndum". La única duda reside en la gestión de los tiempos y la diferencia de velocidades que quieren imprimir las diversas formaciones del lado independentista.

Puigdemont no ha variado la hoja de ruta en una jornada en la que se han abierto diversos focos sobre este asunto.

El día ha amanecido con una citación como investigados para el mayor de los Mossos, Trapero, y los líderes de la ANC y Omnium. Será el viernes ante la Audiencia Nacional, donde tendrán que responder tras ser acusados de sedición. Por su parte, el Parlamento de Europa ha acogido en Estrasburgo un debate bajo el título "Constitución, Estado de Derecho y Derechos Fundamentales en España". Los parlamentarios han vuelto a apostar por el diálogo, pero insistiendo en el respeto al estado de derecho español. El vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, ha ido más allá negando la validez del referéndum del 1-O y criticando "el nacionalismo populista" de sus promotores. Otros diputados han considerado "una provocación" cualquier intento de declaración unilateral de independencia. Una ducha de agua fría para las aspiraciones independentistas.

Otro foco se ha situado en el Parlament catalán, donde la mesa, con la mayoría de Junts pel Si y la CUP, ha pedido que el lunes próximo se convoque un pleno para que Puigdemont explique los "efectos" del resultado del referéndum del 1 de octubre. Tras la reunión, la presidenta del grupo de la CUP, Mireia Boya, ha subrayado que este pleno será para "declarar la independencia de Cataluña". Como ya hicieran en episodios anteriores, los letrados del Parlament se han apresurado a remitir un escrito en el que advierten a los miembros de la mesa que tienen el "deber de impedir o paralizar" iniciativas como la de celebrar un pleno para declarar la independencia.

También en Madrid se han producido movimientos tendentes a abrir una negociación entre Moncloa y la Plaça de Sant Jaume, en este caso liderados por Pablo Iglesias y diversas fuerzas soberanistas del Congreso. Al parecer se habrían producido llamadas telefónicas, pero ningún tipo de compromiso. Incluso se ha especulado con la posibilidad de involucrar en esta negociación a los arzobispos de Barcelona y Madrid.

La jornada ha acabado con el citado discurso de Puigdemont. Sus palabras más duras han sido para el Rey por su discurso de este martes. "Así no", le ha dicho Puigdemont a Felipe VI. Para el presidente de la Generalitat, el Rey ha renunciado a su papel mediador y ha asegurado que "sólo quiere allanar las aspiraciones del Gobierno español".

Ha sido, por tanto, una jornada de movimientos tácticos, donde no se han escatimado reproches. Los principales actores del drama no parecen variar sus posiciones alimentando la incertidumbre y dejando avanzar los días hasta el lunes 9 de octubre; un día en el que se puede materializar la declaración unilateral de independencia, abriéndose entonces un escenario de consecuencias que nadie es capaz de imaginar.

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