Me causó auténtico repelús escuchar antes del caos de este fin de semana que Antich estaba en contra de la privatización de los aeropuertos por parte de su compañero Zapatero. Antich quiere una cogestión aeroportuaria, mixta, pero lo mejor que puede hacer es mantenerse lejos de los aeropuertos ya que su gestión siempre suele ir acompañada de follones, líos y crisis económica. Si las comunidades participasen en la gestión aeroportuaria, se crearían comisiones, subcomisiones, órganos delegados, comisiones parlamentarias de control y un sinfín de burocracia que no ayudarían en nada a la gestión de nuestros aeropuertos. El negocio aeroportuario es demasiado complejo para que esté en manos de las comunidades autónomas, pero con este Govern que lleva meses agonizando, que ni siquiera ha presentado los presupuestos del año que viene, la cogestión se convertiría en un drama.
