Desde el pasado día 28 de abril, fecha de las últimas elecciones generales, tú, macho alfa de Podemos no has dejado de reclamarle, implorarle, a Pedro Sánchez: ¿Qué hay de lo mío?.
Sin atisbo de vergüenza has pasado, en cuestión de algo más de un mes, de exigir a mendigar, a rogar un ministerio que llevarte a la boca, mejor al bolsillo, sin importarte más que tu beneficio personal, que es para lo que has estado trabajando estos últimos cinco años.
Hagamos un repaso de cuál ha sido tu discurso hasta llegar aquí; tu discurso inicial, en el que empezaste mintiendo, fue contra todos los políticos que “se aíslan en un chalet”, mientras que prometías (sin que nadie te obligara a ello) y sin ningún tipo de matiz, que ibas a seguir viviendo “tan a gustito” en tu piso de Vallecas y defendiste hasta hace menos de tres años que los políticos deben vivir en un lugar en el que sepan “lo que es coger el transporte público”.
Una de las constantes de tu discurso ha sido anatemizar a los ricos y específicamente a los políticos ricos, que vivían en chalets, descalificaste a quien viviera en un chalet porque estaba alejado de los problemas de la gente: desahucios, embargos, pobreza. Sin que lo que has predicado para los demás te lo haya aplicado a ti mismo, y esto en román paladino es simple cinismo, puro cinismo.
Aunque tú no sepas lo que significa, es una cuestión de ética y ahí es donde quedas inhabilitado por muchas razones porque ni eres integro ni eres honesto ni eres leal, recuerda que tanto te da votar contra el Partido Popular como votar a favor, o sea no eres de fiar.
Dijiste que venías a combatir a la casta y ahora tu “proyecto de familia” es pura casta. Eres un hipócrita de libro, de tomo y lomo, eres un hipócrita en grado máximo, porque el que predica como tú una cosa con exigencias morales para los demás que él no cumple es un hipócrita.
No has hecho otra cosa que mentir. Se percibe que no distingues entre la verdad y la mentira. Mientes mucho, mientes más que hablas. Has mentido para que te votaran y montártelo.
Ahora te quejas que todo el mundo sabe dónde vives y reivindicais tú y tu portavoza Irene Montero, superando todos los límites de la hipocresía, tu derecho a la intimidad, cuando Podemos ha hecho escraches a Alberto Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, Soraya Saénz de Santamaría, al primero y a la última, en sus propias casas. Olvidándote que es legítimo, e informar sobre la casa que os habéis comprado es un ejercicio mínimo del derecho a la información y está a años luz de los escraches que vosotros habéis promovido y legitimado. Y más cuando has sido tu mismo y tu partenaire quienes habeis dado información sobre el chalet que os habéis comprado.
Desde un principio tu discurso ha funcionado echando toneladas de demagogia sobre aquel político que adquiriera cierto nivel de riqueza o de calidad de vida en la vivienda al que automáticamente has deslegitimado. Con tu despreciable doble moral has aplicado a los demás unos criterios de los que, condescendiente y convenientemente, te has dispensado
El nivel de cinismo que tú has alcanzado, Pablo, no tiene parangón alguno en la política española. Has impuesto a todos los cargos de Podemos no cobrar por encima de tres sueldos mínimos y luego has pedido la compatibilidad en el Congreso para acumular ingresos privados adicionales.
A estas alturas del partido da lo mismo si Pedro Sánchez te da o no te da una limosna en forma de un ministerio, tú has quedado retratado de por vida como un falso, un cínico, un hipócrita y un embustero, capaz de rebajarte, sin ningún rubor, sin ninguna vergüenza, sin ningún pudor, con tal de conseguir tus personales objetivos.
