Que se lleven las manos a la cabeza, públicamente, utilizando a los medios de comunicación como altavoces, lamentándose de la falta de ética de sus socios de gobierno por el nombramiento de cargos de toda índole, digitalizados “casualmente”, a amigos, conocidos y familiares, a mí, concretamente no me confunde.
No me creo esos discursos de puertas hacia fuera, muchas veces pactados previamente con los mismos socios de gobierno. El derecho a la pataleta pública consensuado, para quedar bien, para no perder adeptos.
“Mira, nosotros tenemos que hacer ruido porque sino nuestros votantes aflojaran…” “vale, venga, no te preocupes, aguantaremos el tipo con tal de mantener los cargos” “pero ni se te ocurra romper el pacto eh? Ahora que estamos todos colocados esto sería una locura” “ni hablar de eso, mejor nosotros que no ellos eso lo tenemos claro”
No me confunde la falta de ética y moralidad. Pero me preocupa que otros se confundan a la hora de ir a votar. Yo no quiero un gobierno de pactos que escenifiquen durante cuatro años desacuerdos que en realidad no existen o si… yo quiero un gobierno de pactos dónde quienes ocupan las sillas sean capaces de abandonarlas cuando el socio de gobierno les traiciona o les pone en evidencia como en este caso.
Pero no lo harán, no abandonaran pese a los gritos perfectamente estudiados, sincronizados tras puertas cerradas. Para eso si hay consenso, para la estrategia comunicativa de espaldas a la ciudadanía, para hacer creer a quienes todavía creen en la política, que hay sentido común en todo esto.
No lo hay, es simple, nada, cero. Si lo hubiera este pacto tendría que estar finiquitado ya y, sin embargo, no correrá peligro hasta que esté a punto de finalizar la legislatura. Me explico: habrá ruido ahora, antes de las catalanas, y de las generales, pero será sólo eso, ruido y portadas, ninguna acción definitiva digna de destacar.
Después, otra vez calma absoluta durante dos años, con pinceladas de desmarque pero sin mayor problema. Y, cuando finalmente se acerquen las elecciones autonómicas y municipales, habrá desmarques más ambiciosos porque eso también está pactado, a puerta cerrada: el ir a por todas, en la recta final de esa carrera por el estrellato …y la silla.