Querios Reyes Magos

Este año me he portado bastante bien aunque, he de confesar que, se han repetido varios problemas que tendría que solucionar.

Os he de decir, en mi defensa, que cada año lo intento dos veces: el día de Año Nuevo, y en septiembre, cuando se inicia el año judicial (por mi deformación profesional de abogada). Por tanto, tengo dos oportunidades anuales de corregir vicios, defectos… de mejorar, en fin, lo que no acaba de funcionar.

Pese a ello mi cajón del escritorio sigue siendo un auténtico caos; no consigo ordenar nunca los resguardos de la Visa; sigo tomando aperitivos de Coca Cola y “patatilla”; me convenzo de que tengo que cambiar de una vez por todas mis deportivas por otras para jugar a “paddle” y no lo hago…

Estas son las pequeñas cosas del día a día. Luego están las importantes, esas que dos veces al año, me prometo a mi misma que voy a solucionar, o voy a poner punto y final, o voy a modificar, aunque sea en algo mínimo, pero continúan exactamente igual cuando se inicia otro Año (sea el que sea), y llegáis vosotros a quienes tengo que dar explicaciones a cambio de regalos.

Ya se que llevo muchos años asegurando que me portare mejor y que he perdido en credibilidad. Desde esa Nancy rubia con vestidos, pasando por la bici, la cocinita de madera con cacharros en miniatura, el perro que ladraba, el cine Exin …. han pasado muchas cosas que ahora no me da tiempo a contaros porque he de enviar esta carta urgentemente si quiero que os llegue a tiempo.

Además, os estoy escribiendo desde dentro del avión, en pleno vuelo, el día 1 de enero de 2016 a las 14,30 horas, y mi propósito para este Año Nuevo no lo llego a tener claro. Mi vecino del asiento trasero le acaba decir a su compañero que Barcelona, vista desde el aire, parece una “parrilla de barbacoa”, y con semejantes reflexiones, entenderéis que me sea difícil concentrarme en lo que importa.

En definitiva, Queridos Reyes Magos, os pido que confiéis en mi un año más, porque ya son muchos y, sería una tontería a estas alturas, que me tuviera que quedar sin regalos, por ser tal como soy.

Siempre he colocado el belén en casa. Arbol de Navidad también, pero ya sabéis que aquí lo importamos todo si es fiestero ( Halloween; Papa Noel; fuegos artificiales el día de Año Nuevo, disfraces de personajes de Disney en las carrozas de vuestra cabalgata), o sea, que no le deis mayor importancia.

Sabéis a ciencia cierta porque vosotros lo sabéis todo, que intente en varias ocasiones convencer a los que mandan en el tema de la cabalgata para que dejaran de colocaros en tractores y os dejaran traer los camellos, para que recordaran que los regalos se los lleváis al niño Jesús y no a Bob Esponja… pero fue en vano. Se ve que no están contentos con vosotros o algo pasa.

En fin, me despido a punto de aterrizar en la parrilla ésta y ojalá el día 6 os acordéis de mi, como yo me acuerdo de vosotros todo el año, aunque no me porte todo lo bien que quisierais.

P.D. la comida para los camellos la he dejado debajo del fregadero en un platito tapado, para que no se lo coma mi gatita

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