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Recaudación histórica de impuestos

El sentido de los tributos es, principalmente, contribuir al sostenimiento de los gastos públicos. Accesoriamente se le añade la coletilla de que deben contribuir a la redistribución de la riqueza.

Pero ¿quién controla los gastos públicos si quien tiene que hacerlo incurre continuamente en déficit y, por tanto, acude a la Deuda Pública para financiarlo?

Quienes hemos trabajado en la administración pública sabemos que, si a final de año sobra presupuesto, ya no digamos a final de legislatura, la consigna es gastarlo como sea. “Si sobra nos recortarán el presupuesto del año que viene”, se suele decir. Eso presuponiendo que tenemos buenos gestores que son capaces de generar superávit presupuestario, lo que es mucho suponer.

Los impuestos no han existido toda la vida. De hecho, cada vez se han ido creando más. Nunca menos.

Corría el año 1913 y, coincidencia o no (no creo en ellas), se creó el odioso Impuesto sobre la Renta a la vez que se puso en marcha ese mismo año la Reserva Federal, el Banco Central más importante del momento, con su mecanismo para imprimir dinero de manera alegre para disfrute de los gobiernos. Así los mandatarios podían acudir a la Deuda Pública si no ceñían sus gastos públicos a sus ingresos públicos, principalmente tributos recaudados. Algo que, como digo, es lo habitual.

Volviendo a nuestros días, mientras la inflación real (la del supermercado, no la que indica el IPC, mucho menor que la que, de verdad nos toca el bolsillo) deteriora nuestra riqueza a pasos agigantados hay un organismo que hecho su particular agosto. Se trata de Hacienda que este 2022 ha cerrado con máximos históricos en recaudación. Y el 2023 prevé pulverizar de nuevo el récord.

Hacienda sube la recaudación y el gobierno sus ingresos públicos porque la subida de precios le hace recaudar más por cualquiera de los conceptos que grava, que no son pocos.

Conviene recordar que pagamos por casi todo. Pagamos impuestos por ganar dinero (IRPF) por gastarlo (IVA), por invertirlo (IVA y por IRPF al desinvertir - ganancias del capital), pagamos por donarlo (I. Donaciones), por recibirlo en herencia (I. Sucesiones), por cobrar dividendos o intereses de nuestros ahorros (IRPF) y pagamos por acumular posesiones (I. sobre el Patrimonio). Si montamos una empresa y va bien, pagamos Impuestos sobre Beneficios (IS). En fin, Hacienda pone el cazo en casi cada acto de nuestras vidas.

Y no digamos si contratamos personal y pagamos salarios. La prima de Hacienda, la Seguridad Social, nos cruje cada mes a los empresarios con la llamada cuota patronal.

Así las cosas, con una inflación como la actual, no extraña que Hacienda haga récords históricos. A este gobierno no le ha dado la gana deflactar los impuestos o rebajarlos en la misma medida que subía la inflación. Como todo está más caro, cobran más por IVA. Como los salarios y las pensiones se ajustan al alza, cobran más por IRPF y, como las empresas suben precios, aunque les suban costes, su margen se mantendrá en porcentaje pero subirá en valores absolutos y pagarán más Impuesto de Sociedades.

No deflactar impuestos y aprovechar el rebufo de la inflación para recaudar más es una subida de impuestos encubierta. Lo llamen como lo llamen. Que no les engañen ahora con esta nueva medida de no cobrar IVA por los alimentos básicos. Es una medida electoral porque hay comicios a la vuelta de la esquina y no les dio la gana aplicarla antes hace un año.

Ya critiqué en esta sección cuando en septiembre pasado, la vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, instaba a los dueños de los supermercados a controlar la inflación limitando los precios de los productos básicos pero no hacía mención de bajar el IVA. Siempre pidiendo esfuerzos a los empresarios pero ellos no tocaron el IVA. Ahora sí porque hay elecciones.

Las artimañas de este gobierno para colar propuestas son directamente proporcionales a la incultura financiera de la población. Nos la intentan colar de manera reiterada y, hay que reconocerlo, el mensaje entra bien. Manejan la comunicación de manera hábil pero, a poco que sepas un poco de economía, les ves el engaño. Nos la intentan colar con las cifras del paro, con las de la recuperación, con el origen de la inflación, …

Este gobierno se ha aprovechado de la inflación para llenar las arcas mientras la gente ve cómo día a día se erosiona, de manera importante, su capacidad adquisitiva y el valor de su dinero.

Lo dijo Keynes, uno de los más reconocidos economistas, en 1920: “Mediante un proceso continuo de inflación, los gobiernos pueden confiscar, secreta e inadvertidamente, una parte importante de la riqueza de sus ciudadanos”.

La afirmación es demoledora. Léanla otra vez.

Solo le veo un defecto, no está en modo afirmativo sino hipotético. No es que el gobierno pueda confiscar, sino que, sin ningún atisbo de dudas, no confisca reiteradamente una parte importante de nuestra riqueza, aprovechándose de la inflación y del alto precio de los suministros. Ya no hablan de la pobreza energética como cuando estaban en la oposición.

Y lo hace delante de nuestras narices contándonos una milonga para que, con nuestro bajo nivel de cultura financiera, les demos las gracias y, por qué no, el voto en las próximas elecciones. Sean precavidos. Feliz año electoral 2023.

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