Naturalmente les hablaré del libro autobiográfico del Rey Juan Carlos I; lo primero que valoro es el título, me parece inapropiado pues considero que si bien mucha gente no estaba de acuerdo con determinados aspectos de su vía privada en los últimos tiempos, los que tenemos conocimiento de lo que hizo por su patria es mucho más que esos líos de faldas y comisiones que no han sido probadas aunque demos por buena su existencia.
La Monarquía es un sistema de estado cuya única justificación es la tradición y ahí es donde podríamos entrar en el viejo debate de si lo que hizo el general Franco fue reinstaurar o bien instaurar la monarquía después de su muerte.
Lo cierto es que las leyes fundamentales de la dictadura definían a España como un reino, obviamente sin rey, pues el Jefe de la Casa Borbón española y llamado ser sucesor a título de rey, don Juan, Conde de Barcelona, vivía exiliado en Estoril que no es mal lugar para vivir. De ahí el debate entre instaurar o reinstaurar tenga su cierto interés pues el difunto general se saltó el orden sucesorio de la casa real, aunque en el libro se hace alusión a conversaciones entre esos dos viejos leones pero no se explica su contenido.
Comenté hace unos días el contenido de mi artículo con el funcionario que más sabe en este pequeño país sobre protección de menores y que después de veinticinco años de servicio a la administración, pretenden trasladarlo para vestir un Santo, naturalmente para desvestir a otro; cuento esto porque estaba valorando titular el libro Juan Sin Tierra, como aquel rey inglés del Siglo XIII así conocido, inmediatamente me lo quitó de la cabeza, el sí tiene territorio, elemento esencial de un estado, quizás mejor el pasado, ha tenido territorio, España, que no es poca cosa.
La obra es interesante pero adolece de un gran defecto, no cuenta lo que sabe, o todo lo que sabe debido a que no puede ni debe. Es algo común a todos aquellos políticos que han tenido cargos de responsabilidad que dejan en el tintero lo mejor y lo más interesante.
Pero realmente no es solo el Rey quien escribe el libro, es el hombre, el marido, el padre, el patriota un poco resentido; y les diré que obviamente y salvando sus diferencias me he visto identificado en determinados aspectos humanos de su obra.
Es un patriota que le preocupa el devenir y la unidad de España, a mi también; le preocupa el futuro de sus hijos a mi también (imagino que como a la inmensa mayoría de quienes somos padres), intenta un acercamiento y a alaba de forma reiterada a su esposa destacando sus grandes virtudes ¿Quién no lo hace?.
Es tremendamente duro, sin citarlo, con el Juez Castro, y en eso también comparto su opinión, me parece inverosímil e inmoral, no entro en valoraciones jurídicas pues en ese procedimiento se vieron escenas absolutamente delirantes, que u juez de instrucción de provincias ponga en jaque a la jefatura del estado. Coincido con él que si Urdangarín no hubiese sido yerno del Rey ni hubiera aparecido en las actuaciones y si la Infanta Cristina no hubiera sido hija del Jefe del Estado no se hubiese sentado en el banquillo. Se hizo un deliberado abuso del poder judicial para debilitar cuanto deriva de la Constitución de 1978. Desconozco los fines o los posibles intereses que había detrás de todo ello pero me cuesta creer que solo se interesaba el ejercicio de la justicia, matizo, el ejercicio de lo que yo creo que es justicia, pues cada uno tiene su concepto pues como tal simplemente no existe.
También me he sentido identificado con Su Majestad en que cuando abdicó el teléfono dejó de sonar, muchos que presumían de su amistad y contaban sin parar de anécdotas juntos simplemente le dieron la espalda, se que es eso y solo demuestra el error que has cometido en otorgar confianza y amistad en alguien que no lo merecía por su propia miseria humana. Algo que no haya pasado a la mayoría de las personas que siempre hemos tenido gente de paso en nuestras vidas y no debemos confundirlos con amigos leales. Como decía el gran Josep Pla en la vida tenemos amigos, conocidos y saludados.
Para terminar, una última coincidencia, el Rey está orgulloso de su hoja de servicio y legado profesional, le sobraron las oportunidades para mantener la dictadura y el poder absoluto heredado del dictador y de los principios fundamentales del movimiento nacional, eso que hemos olvidado tan pronto los españoles, que nos dio libertad y democracia y cuando se celebran actos en conmemoración de la corona y del regreso de la democracia y de la aprobación de la Constitución se olvidan del máximo artífice, personalmente me parece indecente. La coincidencia en mi caso es que yo también estoy orgulloso de mi carrera profesional, lo de los actos de celebración me dan bastante igual.
No puede dejar de dedicar una línea al Pater Ramiro Merino, padre militar en el ejercito del aire y que hace escasos días nos dejó para ir a la contemplación del Señor. Profesor de latín en la Salle durante muchos años, era sobre todo un buen hombre y un hombre de Dios.
