Finalmente la presidenta del Parlament, Xelo Huertas, se abstuvo de formular una pregunta oral de control al Govern que quería formular directa y personalmente a la presidenta Francina Armengol. Tras el revuelo generado por lo insólito de la intención de la señora Huertas, pues se trata de algo de lo que no hay precedentes en la Cámara balear, optó por lo más sensato y decidió, tras reflexionar -según ella misma explicó-, desistir de preguntar a la presidenta Armengol. No cabe duda que las declaraciones del secretario general de Podem Illes Balears, Alberto Jarabo, indicando que la pretensión de la presidenta del Parlament y diputada del grupo parlamentario Podem no era idónea, ha sido determinante para que Huertas reconsiderase su iniciativa. En todo caso, hay que valorar el acierto que supone la rectificación.
Sin embargo, Xelo Huertas no parece haber desistido convencida de lo inapropiado de que la presidenta de la Cámara y moderadora de los debates, entre personalmente en la discusión política y aún más ejerciendo la labor de control al Govern. Así lo reconoció al declarar a la prensa que considera "injusto" no poder formular preguntas y expresó su deseo de que en la modificación del Reglamento del Parlament se recoja esta posibilidad, al igual que lo hacen el resto de miembros de la Mesa.
Huertas no parece entender el alcance de su papel institucional de presidenta de la Cámara legislativa, que requiere una total neutralidad e imparcialidad en los debates en tanto que moderadora y árbitro de los mismos, cosa que no sucede con los restantes integrantes de la Mesa del Parlament. La presidenta es ella, nadie más. Además, nada impide que la pregunta que tenía previsto hacer, la pueda plantear cualquier otro diputado o diputada de su grupo parlamentario. Pero la presidenta debe limitarse a presidir, que no es poco.
