Navidades en Mallorca, dos realidades diferentes

209 personas duermen en Navidad en las calles de Mallorca, 188 en Palma

En estas fechas navideñas, en las que todos los baleares se reunen en familia y disfrutan de copiosas comidas y cenas sin que en muchas ocasiones se repare en gastos, encontramos una realidad muy diferente. Según el último recuento de personas sin techo en Mallorca que se hizo el pasado mes de marzo, el total de personas que duermen en la calle en toda la isla es de 209, de las que 188 se encuentran en Palma. Muchas son las organizaciones sin ánimo de lucro y entidades dependientes del Consell las que se encargan para que estas personas tengan un techo debajo del que dormir, pero hay un nutrido grupo de estos sin techo, que no quieren ir a centros y desde mallorcadiario.com, hemos querido conocer esta realidad.

En principio, para estas fechas, el IMAS no establece ningún protocolo especial coincidiendo con las fiestas, en el sentido de que las normas de funcionamiento de cada uno de los centros son básicamente las mismas. Es decir, en los centros duermen las personas que habitualmente lo hacen, "aunque en niveles de alerta por bajas temperaturas o fenómenos adversos, se amplía el horario de atención de las UMES (Unidad Móvil de Emergencia Sociales), se incrementan el número de plazas disponibles y se reducen las expulsiones disciplinarias", asegura Teresa Vallespir, directora insular de inclusión del IMAS.

Aunque desde las diferentes instituciones y del propio IMAS, se han encontrado con casos de personas que no quieren aceeder a ninguno de los servicios de alojaiento que se les ofrece. "Hay algunos casos de personas que no quieren acceder a ninguno de nuestros centros. Son personas, que por diferentes razones, deciden no ir a un albergue", explica Vallespir.

Desde los diferentes centros se asegura que muchos de los sin techo que no quieren acceder a un lugar donde dormir, es porque tienen problemas con drogas y alcohol, y que estas personas prefieren la calle al "control moderado" que se hace desde estos centros.

La Red de Inclusión Social del IMAS está formada por diferentes recursos y servicios que atienden diferentes perfiles en función de las necesidades de los usuarios. "En concreto tenemos siete servicios de alojamiento (uno de ellas de iniciativa privada) que suman 465 plazas. Además, la red dispone de otros tres servicios de no alojamiento", nos explica Teresa Vallespir.

Ca l'Ardiaca, por ejemplo, es un centro "de baja exigencia", es decir, está dirigido a cualquier persona en situación de exclusión social y sin embargo sa Placeta, es un centro para personas en situación de exclusión social y centrada en atender a personas con problemas de politoxicomanía activa o en proceso de deshabituación. Pero esto no es garantía de "libertad" para 'Pau', un sin techo de la zona del casco antigüo de Palma, que se resiste a acudir a estos centros. "No tengo porqué pedir limosna a nadie, lo que tengo me lo merezco y ahora la calle es mi casa", afirma rotundo.

"En el IMAS estamos trabajando para cambiar el modelo asistencial hacia estos usuarios y de cara el 2018 pondremos en marcha un nuevo programa de atención, el Housing First, dirigido precisamente a este colectivo, y que nos ayude a avanzar hacia la erradicación del problema en Mallorca", asegura Teresa Vallespir, aunque la situación no parece que vaya a cambiar, dado que en muchas ocasiones, estas personas tienen demasiadas carencias emocionales y problemas psicológicos que derivan en un arraigo "familiar" con otros sin techo en las calles de Palma, del que es difícil salir, asegura el psicólogo Dr León Rojas.

"Esto se hará con los programas de acceso y apoyo a la vivienda con servicios de acompañamiento a la inserción, con servicios de capacitación y terapia ocupacional que se pondrán en marcha a lo largo de 2018", explica Vallespir, aunque el coste de los programas de inserción son costosos y se debería tener en cuenta la iniciativa privada.

El proyecto del IMAS para este 2018 es esperanzador, aunque "implementar un nuevo modelo de atención centrado en las personas, que dé respuesta a sus necesidades, que mejore sus capacidades y fomente su autonomía", no parece sencillo.

Desde entidades sociales como Cruz Roja Balears, Cáritas, Unicef..., también se vela porque estas personas puedan tener un techo donde dormir en estos días de frío en Mallorca y además, se les ofrece comida caliente, mantas y ropa, tanto si deciden dormir en los centros habilitados como si deciden hacerlo en la calle.

Y aunque en estas fechas navideñas, las previsiones de estos centros son más o menos las mismas de cada año, es decir, en número de personas que reciben cobijo nocturno son las mismas que en el resto del invierno, si que se ofrece un menú especial.

"Respecto las fechas señaladas, sí se hacen unos menús un poco más especiales, y se regala a los usuarios una barra de turrón artesanal, hecho por una entidad que trabaja con personas en riesgo de exclusión, Dignidad y Trabajo. Ya hace unos años que lo venimos haciendo y este año hemos repartido más de 400 barras de turrón", asegura Vallespir.

Pero la realidad es la que es, y mientras todos brindamos en familia y nos deseamos la mayor de las felicidades, en las calles de nuestras ciudades hay personas a las que la suerte no les ha sonreído.

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