A la militar del Ejército estadounidense Kimberly Walker, excombatiente en Irak y muerta a manos de su novio -condenado por asesinato-, le gustaba tanto Bob Esponja que su familia encargó para su tumba en el cementerio histórico de Cincinnati una lápida con su personaje favorito y una segunda réplica, colocada a modo de decoración.
Sin embargo, el cementerio ha informado a la familia que deberá retirarel diseño de la piedra con un sonriente Bob Esponja vestido de militar, con el nombre y rango de Walker. «Hemos decidido que no son apropiadas para nuestro cementerio histórico y no pueden ser mostradas aquí», señaló ayer el presidente del cementerio, Gary Freytag.