El caso lo juzga un jurado popular desde este lunes en la Audiencia Provincial de Baleares. Este guardia civil, que ha comparecido como testigo, ha explicado que concluyeron que el autor del ataque tenía que ser una persona conocida por la víctima, y que reunieron numerosos indicios que apuntaban al acusado, A. B., expareja de la hija del fallecido.
Por su parte, una guardia civil de la primera patrulla de Policía Judicial que llegó a la escena del crimen ha explicado ante el jurado que el aspecto de la cocina donde estaba el cuerpo revelaba que "algo muy, muy violento había pasado".
La agente ha relatado que "había muchísima sangre, había sangre en el frigorífico". También había manchas en otros puntos de la casa como "en un interruptor del salón", junto a la chimenea. Ha explicado que en toda la casa había indicios de que había sido registrada y que "aquello estaba todo movido".
Otro agente, que fue quien mantuvo el primer contacto con la hermana y el cuñado del fallecido, que fueron quienes encontraron el cadáver, ha relatado al tribunal que expresaron desde el principio que "no podían entender por qué se había cometido eso, porque la víctima tenía un círculo muy cerrado, de la familia y amigos de toda la vida".
El guardia ha señalado que, por lo que decían, concluyeron que el asesino "tenía que ser alguien del entorno más cercano, que conociera la finca y le conociera a él". Ha detallado que cuando interrogaron al cuñado del fallecido para indagar sobre el posible autor del crimen fue dando todos los nombres de quienes tenían alguna relación con la víctima, como quienes le ayudaban en la finca e incluso un pequeño delincuente del pueblo.
Su respuesta, cuando le preguntaron si alguien de la familia tenía problemas de drogas o podía necesitar dinero, fue: "Se quedó parado y dijo, 'pues mira, A. B. puede ser'", dando el nombre del acusado.
Las acusaciones coinciden en sus escritos en que el acusado golpeó a la víctima en la cabeza con un enfriador de barro y por todo el cuerpo con una olla, y que le asestó 40 puñaladas con un cuchillo de cocina, le robó el móvil y dinero que tenía guardado en la finca.
La acusación particular, que representa a la familia de la víctima, pide para el acusado una condena de prisión permanente revisable por asesinato con alevosía, ensañamiento y contra una víctima especialmente vulnerable, porque estaba incapacitado por las lesiones que le había causado un antiguo accidente de tráfico.
La Fiscalía solicita 30 años de prisión por asesinato y robo en casa habitada.
La defensa alega que el acusado era drogodependiente y cometió el crimen en una trifulca y afectado por el consumo de drogas y alcohol, por lo que pide una condena de 9 años por homicidio.