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Sobre el drama

martes 17 de octubre de 2023, 05:00h

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El drama viene perfectamente definido en el diccionario de la RAE. Me refiero concretamente a su tercera acepción que dice “suceso infortunado de la vida real, capaz de conmover vivamente”.

Todos tenemos amigos, familiares o conocidos que están sufriendo de verdad un drama porque tienen un familiar enfermo, o van a perder su hogar por el simple hecho de no tener dinero. Probablemente todos en nuestra vida hemos sufrido algún drama, por la pérdida de un ser querido o por el simple abandono de ese ser querido.

El problema surge cuando decidimos juzgar a los otros y decidimos que no es un drama lo que está viviendo pues conocemos a un tercero que creemos lo está pasando peor. Pero yendo a la realidad los dramas no son competiciones, ya que existe en el drama un elemento subjetivo que es conmover vivamente.

Ante situaciones parejas ninguno reaccionamos igual y poco podemos valorar si para nosotros es una cuestión trivial, cotidiana, habitual y para nuestro vecino de al lado la misma situación es un drama pues le conmueve vivamente.

Los que ya peinamos canas y no nos teñimos la vida ya nos ha dejado en nuestro cuerpo cicatrices que son simple y llanamente los dramas que hemos vivido y superado en nuestra vida ya más larga y próxima a su fin.

Nunca procede que despreciemos los dramas ajenos pues la persona que dice que lo sufre se siente conmovida vivamente. Es obvio que un mal de amor no puede concurrir con la situación de Gaza o de Ucrania, donde se practican ignominiosas actuaciones como decapitar niños de muy corta edad mientras en la vieja Europa nos preocupan otras cosas, el futbol esencialmente y si a Morata hay que echarle de la selección.

Lo cierto es que el drama es algo que pertenece a la vida real (RAE) y que en muchas ocasiones suele estar creado por el propio hombre. Me refería a Gaza y Ucrania como ejemplos de dramas creados y generados por el hombre y del cual no sabemos ni sabremos el motivo real que los ocasionó. Quizás ni siquiera exista la verdad, o una verdad.

Pero en la vida real mucha gente vive auténticos dramas y nadie lo sabe, quizás su psiquiatra o psicólogo, otros no tienen empacho en decir que están mal y que están viviendo un drama pues su situación anímica les conmueve vivamente; dejemos a la gente que viva sus dramas y que en la medida de sus posibilidades los sobrelleve y no le hurguemos en la herida o en la causa del sufrimiento explicándole como debe hacer las cosas y con quien puede o no puede verse, quizás con unas dosis de libertad se encuentra mejor.

A veces los amigos nos sentimos tentados a adoctrinar al ver a amigos que sufren y recriminarle actuaciones impropias de su edad, pero hacemos dos cosas mal, en mi modesta opinión, primero le juzgamos y segundo no nos ponemos en sus zapatos. Desde la barrera todos toreamos. Pero si una persona está conmovida vivamente le basta una palmada en el hombro, un abrazo, o simplemente nada. A veces pensamos que hacemos el bien sin hacer autocrítica y tomamos decisiones en caliente que afecta a terceras personas que son víctimas de un desprecio injusto porque la juzgamos, aunque no nos haya hecho nada a nosotros y no nos ponemos en sus zapatos. Eso sí, pagamos las treinta monedas.

Todo esto viene a cuento que creo que una persona querida, de la que entiendo su comportamiento ha sido señalada por la manada para proteger a uno de los suyos y se la ha puesto en el disparadero. Pues bien, yo a esa persona que podría reprocharle muchísimas cosas ni la voy a juzgar ni me voy a poner en sus zapatos, simplemente le pediré perdón por el daño que yo pueda haber provocado porque creo que no merecía el escarnio y castigo que sufrió.

Soy consciente, plenamente, de la cantidad de problemas que me va a crear el párrafo anterior, pero los asumo pues me cuesta mucho menos pedir perdón que reprochar a alguien y si alguien se siéntese ofendido por lo que aquí escribo vaya por delante mi sentida disculpa pero no podrán evitar ninguno de ellos que yo sea un hombre de paz. Y aunque determinados asuntos los maneje mal siempre lo hago desde el respeto y con la mejor de las intenciones.

Para recordar que el drama no es nada actual, no me remontaré a la antigua Grecia, ni siquiera a Roma, lo haré a hace solo un siglo, citando a una de las mentes más brillantes de este país, Unamuno, que tenía un drama, como lo tengo yo, me duele España.

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