Hay palabras que suenan bien, que crean un buen rollo, que conllevan anclajes emocionales potentes y que no generan anticuerpos. Consenso, dialogo, deliberación, amistad, integración, inclusión, bienestar social, participación ciudadana. Sirven para cualquier contexto, sirven para un barrido y un fregado y algunos seudolideres políticos son usuarios compulsivas de ellas. Son palabras que crean magia, aunque no seamos magos. Ahora bien una cosa es la poesía y otra los eslóganes. Una cosa es copiarlas y otra asimilarlas.
Pero las palabras no crean la realidad y consumir realidad siempre es un magnifico negocio. La vida del ser humano está más condicionada por su pensamiento, acertado o equivocado que por la realidad de las cosas. No existe la amistad existen los amigos, no existe la integración existe personas que optan por integrarse, personas que no eligen integrarse, otras que deciden ser integradoras y otras que lo rechazan. A veces uno ni quiere ni sabe ni puede. Hay personas que por sus características psicológicas nunca se integraran y que nunca integraran a nadie.
No se puede dar y ofrecer aquello que no se posee.
Seamos claros hay personas que nunca hay que integrar, entre ellos los narcisistas top ten, anoréxicos de empatía y los que gestionan mal los gigantes y cabezudos del alma: envidia, resentimiento y siempre están ávidos de venganza. Nunca ejercerán de contrapeso leal, su objetivo es fragmentar la organización e intoxicar la dinámica grupal. Hay personas que son expertos en crear conflictos y malentendidos grupales. Son personas que están acostumbrados a moverse muy bien en la bronca y en la quejorrea.
Como decía Tucidides “la naturaleza lleva al hombre a despreciar a quien lo trata con respeto y a reverenciar a quien lo hace sin concesiones”- Hay personas ombligopatas que están fascinados por su petit ombligo y que olvidan que éste, es el residuo del cordón umbilical que es el máximo paradigma de la vinculación y de nuestra dependencia. Presumen desde su omnipotencia infantil de no necesitar a nadie, de ahí su nula empatía y sus constantes deseos de infantilizar y de pensar por los demás.
Reconocer la existencia de otras la existencia de otras personas- es decir reconocer nuestra dependencia- implica una atenuación del yo y eso es muy insoportable para determinadas personalidades. Algunos parecen, por sus conductas recurrentes que quieran controlar la vida (gran quimera), con comportamientos rígidos que entran en contradicción con una realidad siempre cambiante.
Siempre intento recordar a Marcel Proust “los hechos de la vida no penetran en el mundo en el cual viven nuestras creencias: no engendran dichas creencia y no pueden destruirlas”. Es decir la cabra siempre tira al monte o es más fácil romper un cuerno que enderezarlo.
Como dice el prestigioso grupoanalista vasco, el dr. Ayerrra, “somos lo que hacemos y sobre todo desde donde lo hacemos, no lo que decimos y no lo que decimos que somos”.
Recuerden aun, aquí y ahora que estamos en derrota transitoria pero nunca en doma.
Recomendación dopaminergica
El dia 3 de abril en el hotel Valparaíso, de nuestra ciudad se celebra la feria del albariño. 25 marcas del extraordinario vino gallego. Una gran oportunidad para construirse un buen subidón de dopamina. Yo querría destacar, que entre las magníficas y conocidas marcas, hay una que no pueden perderse: el Pazo de Rubianes, también llamado y reconocido mundialmente como el Pazo de las Camelias. Fue nombrado jardín de Excelencia internacional el 2014. Cerca de Carril. Este pazo es uno de los tres Señoríos que existen en España y no pueden perdérselo cuando viajen a Galicia. Caminar entre viñedos y camelias es una experiencia única y sorprendente. 5000 camelias en un parque botánico excepcional. Su joya el Garcia Caamaño. No se lo pierdan.