Era el único desfile de la primera jornada en la Pasarela Gaudí Novias 2011, y la diseñadora encargada de abrir las puertas a la oleada de vestidos nupciales que inundan Barcelona durante estos días, estuvo por encima de lo esperado. Rosa Clará ha impresionado a todo el mundo con un desfile inspirado en el revival dorado de los 80. Minimalismo en estado puro: las faldas amplias a base de tul y de punto de seda se combinan con cuerpos simples inspirados en T-shirts de escotes asimétricos y espaldas al descubierto. En la línea Soft de la colección, el blanco ha sido el color predominante con ciertos toques de nude que ayudaban a resaltar la feminidad, gracias al voilé de seda drapeado. Junto al satén y el tul, se abría paso Volumen, con vestidos de gran caída, y cinturas muy marcadas, teñidos de oro, caramelo o nude y tejidos con encaje de chantilly y detalles de organza de seda. El oro ha sido el tono básico en los complementos. Desde las joyas y accesorios hasta los cinturones de charol, aplicaciones de cristales o las espectaculares sandalias resaltaban en los cuerpos de las modelos que lucían sus cabellos recogidos con un moño de efecto mojado y una original banda dorada, casi imperceptible, en la raya lateral del peinado. Y cuando el desfile estaba llegando a su final, Rosa Clará nos sorprende con un ir y venir de diosas griegas con vestidos inspirados en la época clásica: pedrería en cinturones y escote, cortes helénicos... Entre las modelos elegidas para lucir estos trajes ha destacado una guapísima Malena Costa, novia del jugador barcelonista Carles Pujol. Para el broche de oro, la diseñadora se ha guardado un as bajo la manga: un vestido de color oro bajado directamente desde el Olimpo de los Dioses, con un escote corazón muy pronunciado y una caída ceñida al cuerpo espectacular en una falda levemente plisada.
