Aunque es algo que sucede habitualmente en el mundo del fútbol, supongo que Pepe Gálvez se estará preguntando por qué no le trajeron a él a los jugadores que se están incorporando al club. Le dejaron solo con Alfonso ligado a la amenaza de Utz Claassen por tres partidos y aunque se mantuvo durante seis en el cargo, tuvo que apechugar con lo que había y no con lo que le han servido en bandeja de plata a Fernando Vázquez. Así se las ponían a Fernando VII pensará el mallorquín.
Sigo pensando, pese a la euforia desatada, que con el fichaje de Colunga y Ortuño, queda sobredimensionada la delantera y que Lago Junior y Salomao son cromos repetidos posicionalmente más allá de que ofrezcan o no, ya se verá, mejores prestaciones que los futbolistas de banda en plantilla. Francamente, más que carrileros, pienso que el equipo no anda sobrado de centrales, al menos un centrocampista creativo y un lateral zurdo como recambio de Oriol, que no tiene sustituto natural en caso de emergencia.
Lo que me anima más que la cascada de refuerzos que sin duda configurarán un once nuevo, es la renovación de Brandon. Bien por Molango, a diferencia de la facilidad y descaro con que el alemán traspasó de cualquier manera a Marco Asensio en connivencia con el denostado Gabriel Cerdá. Y esta es la parte del puzzle que no me encaja. Si el accionista minoritario y Miguel Angel Nadal han sido responsables de la situación y, por tanto y en uso de sus propias palabras “si han formado parte del problema, no pueden ser la solución” por lo que en la pista de despegue y aterrizaje deberían esperar su turno para emprender un viaje sin retorno como los iniciados por Javi Ros y, en capilla, Fofo, Coro y/o Acuña.
No. Podemos entender que Maheta está ahora mismo en otras cosas, aunque viene demostrando más capacidad de trabajo que compostura en el palco, pero mientras no lleve a cabo la limpieza que el club necesita y, ya de paso, Robert Sarver no enseñe cartas diferentes a operaciones limitadas al desembolso de un cuarto de millón por cabeza, el proyecto seguirá lastrado por los mismos que provocaron anteriores fracasos o ineficacias presentes.
