La campaña electoral de cara a las autonómicas y municipales de 2019 ya ha comenzado. Al menos en Palma. Supongo que se han dado cuenta. Arrancaba la semana con José Hila metido a supercandidato socialista a la alcaldía. El que ha sido medio alcalde de Palma —medio, porque se ha repartido la legislatura con Toni Noguera de Més— y ahora es el baranda de Urbanismo va fort, como decimos por aquí. Se ha marcado una página web con su careto de colorines y barba hipster, mucha sonrisa y mensajes de lo guay que está Palma gracias al PSIB. Sale con sus compis sociatas en vídeos de promoción con el logo del partido y todo eso. Y me parece bien, qué coño, claro que sí. Tiene que venderse de cara al 2019. De momento le saca una cabeza a Noguera.
La otra sorpresa de la semana la han dado en el Partido Popular. Ni afirman ni desmienten, si bien es vox populi que han decidido recuperar al exalcalde Mateo Isern y que va a ser el cabeza de lista en las próximas elecciones. No sé qué cara se le habrá quedado a la presidenta del PP de Palma. Marga Durán ha trabajado de lo lindo y eso —filias y fobias aparte, que todo el mundo las tiene— es tan innegable como que todo el mundo la certificaba alcaldable tras su manifiesto apoyo a Biel Company en el último congreso del partido. Veremos qué hacen con ella... Y lo siento, hasta ahí puedo leer. Hay algunos detalles más del asunto que me veo obligado a guardar.
José Hila, Marga y Mateo me caen bien, pero no todos pueden ganar. Sí, no he enumerado a Noguera, yo también me dado cuenta. Toni también me cae bien, y Pep Lluis de Ciudadanos.... Y no, no sean malpensados, que todos me caigan bien no es peloteo ni busco que me den curro de jefe prensa en 2019. Solo sucede que me caen bien, lo que no quiere decir que, como opinador, no los vaya a poner verdes cuando considere que la caguen, que para eso escribo esta columna y ustedes la leen, pillines, que si recalan por aquí es en busca del tortazo ajeno. Esto va de repartir collejas, pero con amor, sopapos con cariño.
El que me ha dado sopapos cariñosos —y yo a él, es cierto— es el diputado David Abril de Més, uno de los guest starring habitual de la columna. No negaré que tal vez haya merecido alguno, pero Abril me ha dado por todos los lados. Recuerdo una ocasión, cuando yo era director de IB3 Ràdio, en la que, al salir de una Comisión de control del Ente Público en el Parlamento en la que Abril me había dejado como un trapo sucio, se me acercó y me dijo con una sonrisa: «no es nada personal». «Pues no lo parece», contesté. Abril dice que se va, que después de Semana Santa se pira, que deja el escaño y que seguirá en la lucha política «desde otra trinchera». Puta mierda, voy a echar de menos sus desvaríos y sus camisetas. Ya veremos dónde aterriza. Espero que le vaya bien y le deseo lo mejor, aunque ruego que no fructifiquen sus ideas. No tengo ganas de un referéndum independentista en Mallorca en el año 2030. Me da mucha pereza. Y si ese día llega, me cagaré en sus muelas —es un decir, un «mecachis» coloquial expresado en plan Chiquito de la Calzada, les aseguro que no osaría cagarme en la boca de nadie, mis apetencias sexuales no van por ahí—, si bien no será nada personal. En serio, David, que te vaya bonito.
A los que les va bonito hasta niveles lisérgicos es a los camaradas del Balears. El pasado martes llego a casa por la noche después de currar y antes de irme a planchar la oreja reviso las ediciones digitales de la competencia. Y entonces… Lo flipo. El Balears lleva de noticia principal, o sea la destacada arriba del todo, algo demoledor. «Noticia de alcance, paren máquinas», me entran ganas de gritar. Resulta que en diario están escandalizados porque en la página web de Falange Española venden muñequitos de los clicks de Playmobil tuneados de falangistas, con su camisa azul Mahón y todo, y el máuser, y el brazo en alto… Lo leo y me despollo, de verdad, me parto el ojete. Me imagino a los redactores del Balears que aún no han migrado a IB3 aterrorizados por la inminente llegada de los falanclicks. Si la mayor amenaza de la extrema derecha es un falanclick, podemos dormir tranquilos. A ver, no quiero ser cruel ni despotricar de compañeros de profesión. Todos tenemos un mal día y yo soy el primero que de vez en cuando meto la pata. Pero lo de los clicks de Fachamobil para abrir un diario… Tíos, que os van a quitar las subvenciones. La noticia tiene su gracia, es cachonda y merece ser publicada. Y se le podría haber sacado mucho jugo porque da para una pila de chascarrillos. Ya está. Que quede claro que no pretendo daros lecciones de periodismo, que el diario es vuestro, aunque lo paguemos todos con nuestros impuestos. Por cierto, si no lo pilláis, esto es un sopapo cariñoso, como los que me disteis a mí. Sin rencor. Después de tantos años el yugo y las flechas regresan a lo más alto de la portada del Balears.
Otros grandes de la semana son los chiquinines de Arran, que tienen más peligro con el confeti que un batallón de falanclicks divisionarios pegando tiros en Rusia. Han sido noticia por partida doble. Les ha tocado ir a declarar ante el juez por una de sus movidas turismofóbicas y les ha pegado de repente una amnesia digna de una resaca de Martini blanco, que, no sé si lo saben, es cosa mala de verdad, la resaca, no el Martini. Y para celebrar la pérdida de neuronas han colgado una pancarta en Palma llamando fascistas al líder de Ciudadanos en Balears, Xavier Pericay, al expresidente del Círculo Balear y namber guan de Actúa Baleares, Jorge Campos, y al expresidente del Gobierno balear y senador, el popular José Ramón Bauzá. Los arranitas no son muy originales, lo de llamar fascista a quien no piensa como tú está más visto que las tetas de Miley Cyrus, que cada vez que se pilla una melopea acaba con el pechamen al aire. Y lo de volver a invocar a Bauzá… Estos se creen que si se plantan frente al espejo y repiten tres veces TIL se les aparece Joserra. Lo repito: la izquierda, el PP que lo culpa de todo, y los catalufos van a tener que aprender a vivir sin Bauzá, que a este paso va a durar más que la Guerra Civil. Tampoco le demos más vueltas: hallar algo de sentido común en Arran es como buscar la luz prometeica en una fosa séptica.
Lo chungo de la semana ha sido el fatal desenlace de la desaparición del pequeño Gabriel. Poco me importa el periodismo carroñero o el revuelo de cavernícolas por un lado y podemitas por otro en las redes sociales. Vamos a ser un poco menos hijos de puta y lamentemos lo que ha sucedido, que ha muerto un niño. En frío o en caliente, eso es lo importante.
En estos días hubiera cumplido 90 años el superlativo Félix Rodríguez de la Fuente, del que siempre me preguntan si somos familia. Pues no, no lo somos, pero desde pequeño lo sentí cercano, de mi familia. Les recomiendo que lean de él, de su vida, de su pensamiento. Vale la pena. Me pondría ahora a rajar de ello, de cuanto de valor nos puede enseñar aún hoy. Pero esa es otra historia…