El velero americano de 1912 se estrena con victoria en la clase Big Boat tras una emocionante lucha con el Moonbeam III. Marigan (1898) se coloca líder de la general y busca revalidar el título en la clase Época Cangreja. Rowdy (1916), en Época Marconi; Galvana (1975), en Clásicos, y Calima (1970), en Espíritu de Tradición, completan el cuadro de honor tras una primera jornada marcada por la poca intensidad del viento. Poco viento, pero suficiente para que una flota de leyenda estrenara este jueves la XIII Copa del Rey de Barcos de época de Maó. El recién restaurado Spartan (1912), que ha navegado desde Estados Unidos hasta Europa para participar en distintas regatas de clásicos del circuito mediterráneo, se erigió en el gran protagonista de la jornada al imponerse con autoridad en la clase Big Boats, donde compiten los veleros de mayor eslora.
La embarcación americana es, con 23 metros, la más pequeña y menos pesada de su categoría, lo que, dada la escasa intensidad del viento, le ofreció cierta ventaja sobre su más directo rival, el Moonbeam III (1903). El resto de “gigantes” de la Copa del Rey -el Caroly (1948), el Xarifa (1927) y el Shenandoa (1902)- resultaron muy perjudicados por la meteorología: el viento de Levante no superó los 8 nudos en ningún tramo del recorrido costero, de poco más de 8 millas.
Tim Liesenhoff, armador y patrón del Marigan (1898), el más antiguo de la flota participante en la regata, se desenvolvió a la perfección en estas condiciones y se colocó al frente de la clasificación general de la clase Época Cangreja por delante de uno de sus eternos adversarios, el británico Kelpie (1903), armado por Pelham Olive. Éste entró con seis minutos de ventaja en tiempo real, pero quedó un minuto y medio por detrás tras la compensación de tiempos. La lucha entre estos dos barcos se presenta como una de las más emocionantes de la competición. El Marigan, que viene de ganar la XXII Regata Illes Balears Clàssics del Club de Mar, defiende el título obtenido el año pasado.
Mucho más comoda fue la victoria del inglés Rowdy (1916), del armador Howard Dyer, en la clase Época Marconi. Venció con holgura en tiempo real y obtuvo ocho minutos de margen sobre el Fjord IIII, de Christine Fox Perry, un diseño de Germán Frers I de 1947 que compite bajo bandera del Yacht Club Argentino y está patroneado en la Copa del Rey de Mahón por Germán Frers II, quien a sus 75 de edad es el caña más veterano de la flota, además de uno de los arquitectos navales más importantes del mundo. El también argentino Delphis (1930), de Daniel Sielecki, cruzó la línea de llegada en compensado a 16 segundos del Fjord III.
El Galvana (1975), patroneado por el navegante solitario oceánico Álex Pella, se puso al frente del grupo de Clásicos (de 1950 a 1975), por delante del Argos (1964), en representación del Club Náutico de Altea, y del Lys (1956), del Yacht Club de Mónaco. El sloop del Real Club Náutico de Barcelona fue el más rápido de la flota en real y aún le sobró tiempo para aventajar en casi seis minutos al segundo clasificado. Los de Pella buscan su primera victoria en Mahón, mientras el Argos lucha por conseguir su tercera Copa del Rey, tras las obtenidas en 2012 y 2015.
Otro barco en disposición de agrandar su leyenda es el Calima (1970), que desde hoy está más cerca de conseguir su undécimo triunfo en la clase Espíritu de Tradición. Ganó en el estreno y puso agua de por medio respecto al Lohengrin (1974), el Puma 34 de Paco Bacquelaine, que a priori aparecía como su principal rival y que fue tercero. En segunda posición se colocó el Legolas (1996), de Jens Ricke.
La competición se reanudará mañana, a partir de las 12.30 horas. La previsión es otra vez de poco viento.







