La instalación de terrazas en lugares emblemáticos de Palma ha supuesto un elemento dinamizador y revitalizador de muchos espacios públicos, antaño ocupados por patinadores y ciclistas, y que ahora sirven de lugar de encuentro, ocio y esparcimiento de muchos palmesanos y palmesanas, amén de muchos turistas que nos visitan y pueden sentarse tranquilamente a tomar algo y consumir. Además, ha permitido la creación de puestos de trabajo y el florecer económico de multitud de negocios aparecidos al rebufo de las terrazas, auténticos reclamos turísticos y de residentes. Estamos hablando, claro está, de Es Born y La Rambla.
La regidora Aurora Jhardi, tras la polémica surgida por su anuncio hace unos meses, de estudiar la eliminación de las terrazas y por el revuelo generado, anticipó el domingo en este digital que pronto se dará a conocer la solución definitiva al problema y se mostró confiada de esta satisfará a todas las partes. Así lo deseamos. Es necesario que la solución a esta polémica sea fruto del diálogo y del consenso, evitando a toda costa posturas inmovilistas y medidas impuestas desde el Ayuntamiento.
Desde Restauración de Mallorca parecen dispuestos a que haya cambios de ubicación atendiendo a la temporada del año en que se esté, lo cual parece muy razonable. Veremos si Cort recoge el guante y es capaz de contentar a todos, lo cual raramente es posible.
