Diez meses, la friolera de las tres cuartas partes de un año ha tardado el Mallorca en contratarle un ayudante a Fernando Vázquez. Naturalmente quien ha elegido él mismo. Hay que agradecer sus inestimables servicios. Aquí en la Isla no hay técnicos capacitados. Mejor que haya venido de Galicia, Vigo en concreto, donde se entiende mejor la idiosincrasia del mallorquín y del mallorquinismo. El tiempo ya me ha dado la razón respecto a la falsedad escondida tras el proyecto de Utz Claassen, por no hablar de Gabriel Cerdá, reciente conductor de un flamante Mercedes 500, o Pedro Terrassa, que ha conseguido liberar a su sociedad Luz y Sol, de una carga financiera en torno al millón y medio de euros. Y ya les digo que, en cuestión de meses, los que sean, también quedarán al descubierto Sarver, sus socios y Maheta Molango porque cuando falta humildad, sinceridad y todo es fachada, las torres se caen fácilmente por muy altas que sean.
El penúltimo ejemplo lo tenemos en la salida del director general, gerente o lo que fuera, Juan Barrios. Me consta que se ha pasado meses buscando trabajo fuera del club disconforme con la dinámica de trabajo impuesta internamente en casi todos los departamentos y que recurrió a todos sus amigos para que le facilitaran contactos. El club comunicó su baja de común acuerdo, especificando que habían esperado a su reubicación laboral para proceder a su despido. Pero nada más lejos de la realidad. Si, empresa y trabajador, cargo de confianza en este caso, alcanzaron un pacto, pero todo lo que tenía el cesante eran dos entrevistas en otras tantas empresas sin contratación garantizada. En suma, ha preferido irse antes que formar parte del caos y al ver que nada cambiaba.
Miren, la gestión de una empresa, sea o no una sociedad anónima deportiva, trasciende a través de sus resultados y su paz social. Ningún buen empresario tiene la necesidad de procurarse fotos con quien crea los mejores, ni pregonar sus bondades. Algo tiene el agua cuando la bendicen, pero si el bendecido es uno mismo hay que empezar a recelar.