El puente de Son Espases es un adefesio. No ha lugar a discusiones, por mucho que algunos quieran verle sus magnificas virtudes ambientales. Pero hay más: es tal la dimensión de la chapuza, que no sólo es un monstruo sino que no permite que los vehículos que vienen del Polígono de Can Valero o, incluso, del propio hospital, puedan ir a Valldemossa o a la Universidad. No parece verdad, pero es así: la chapuza de tres pisos y con un impacto tremendo es de tal calibre, que los vehículos que salgan del hospital no pueden dirigirse hacia el Norte. No, tendrán que ir hacia Palma, llegar a la vía de Cintura, girar en U y volver hacia Valldemossa. Tres pisos de infraestructuras viarias y no es posible girar del hospital hacia Valldemossa. La cuestión, increíble, se agrava porque tampoco permite que los vecinos de Valldemossa y S'Esgleieta puedan utilizar el transporte público para ir a Son Espases, pese a que el bus pasa por delante del hospital. La razón es que si el bus, en su trayecto de Palma hacia Valldemossa, entrara al hospital, al salir tendría que volver a la ciudad, para girar en U. Recuerdo que no hace mucho, un funcionario encargado de la seguridad en las obras de la Vía de Cintura, después de más de una decena de accidentes debidos casi siempre a la pésima señalización, salió en los perIódicos a decir que somos un ejemplo para Europa. En este caso, el del puente del hospital, efectivamente, creo que Europa nos puede usar como ejemplo pero no precisamente para imitar.
