Los ciudadanos que tienen relaciones intensas con el Govern critican con acritud la inoperancia del actual equipo gestor. La dureza es exponencialmente mayor cuando se habla de los mandos intermedios, de los directores generales y de otros responsables políticos, con algunas excepciones. Algunos socialistas comentan a quien les quieran oír que su impopularidad se la han ganado por no haber sabido formar equipos. Reconocen que el efecto de imagen de su incompetencia es tan brutal que para algunos puede equipararse a la impopularidad que la corrupción ha generado en sus adversarios políticos. Ciertos responsables de área hace tanto tiempo que han demostrado su inutilidad que han generado dudas sobre la razón de su supervivencia. Hay áreas del Govern cuyos funcionarios reconocen que prácticamente no hacen nada porque sus superiores simplemente no saben qué quieren hacer, para qué están allí y, tampoco serviría que les den un impulso porque no sabrían cómo hacerlo. La 'carta de presentación' del Govern, su página web donde están los comunicados que explican lo que hace, es un indicador de esta penuria. Allí, libremente, el Govern selecciona y expone lo más importante, lo más remarcable de lo que hace, lo que cree que es digno de que los ciudadanos conozcan. Viendo esto, podemos tener un apunte sobre la dimensión del desastre. Veamos, por ejemplo, algunas notas de ayer. - La consellera de Interior hizo pública una nota en la que decía que se había reunido con los ayuntamientos para “informarles de la posibilidad de asociarse para crear policías locales”, lo cual está recogido en una orden ministerial (no del Govern) para lo cual acudió acompañada de fotógrafos. Ni qué decir tiene que la orden ministerial se había publicado en el BOE. - La de Agricultura firmó un acuerdo con la página web de la Generalitat de Cataluña gastroteca.cat para que pueda haber contenidos de Baleares en ella. Fotógrafos, por supuesto. - Otra nota dice que “las casas baleares en Uruguay y Argentina constatan el éxito de los programas que hace el Govern”, lo que equivale a decir que los ciudadanos celebran lo que hace el Govern. Y nos lo dice el Govern. Fotos, naturalmente. - El conseller de Medio Ambiente asistió a la presentación de la campaña de Pimem de “No llancis” las latas. No iban a faltar las fotos. - La consellera de Asuntos Sociales acudió a una presentación de productos del comercio justo. Claro, con fotos. - La misma consellera, a la que no le da el tiempo de tanto trabajo, de ahí se marchó a presentar el catálogo de una exposición de un grupo de estudiantes (Ojo, sólo el catálogo; la exposición será otro día). No faltaban ni directores generales ni fotógrafo, claro. - El director de Movilidad fue a visitar las obras de reparación del tren en Sineu. Y eso es motivo de una nota de prensa. Claro, así nos explicamos que las obras de reparación del muro caído en el mes de mayo aún no hayan acabado. ¿A dónde iría si no el director general. - La consellera de Turismo y Trabajo y portavoz ayer no paró: estuvo en Madrid en la conferencia Sectorial de Ocupación y Asuntos Laborales y de ahí se marchó a la conferencia sectorial de Turismo y de ahí al Consejo Español de Turismo. Las notas de prensa no explicaron el contenido de las reuniones (tampoco aclaran si es que no era nada importante o que la consellera no tomó nota) pero parecen de trámite. Hay aproximadamente dos reuniones diarias de cada una de estas áreas en algún lugar de España y de Europa, por lo que si alguien es gestor serio debe ir a algo que le interese, donde tenga algo que hacer o decir, de donde pretenda sacar provecho. - El conseller de Medio Ambiente en una nota explica que ha convocado al Consejo de Gestión de la Serra de Tramuntana. No se equivoquen: no nos informa de que se ha reunido, sino que ha escrito la carta de convocatoria. Mañana, tal vez, nos dirán “salen las cartas de convocatoria del Consejo...”. ¿Y los temas? Ah, sí habrá que hablar de algo, claro. - Hace unos días, la conselleria de Agricultura hizo pública una nota de prensa en la que indicaba que pagó los más de 10 millones de euros de subvenciones de la Unión Europea al sector primario de Baleares. El mecanismo de las ayudas europeas establece que quien hace efectiva la entrega de las subvenciones es el gobierno de la autonomía, el cual previamente ha recibido los expedientes europeos completos. Agricultura recibe el dinero y sólo debe pagarlo, tras comprobar la identidad de los titulares. Y eso es un motivo de celebración. Aunque no sea tan reciente, no me resisto a recordar que hace sólo unas semanas, la alcaldesa de Palma, el conseller de Educación, el de Sanidad y varios directores generales fijaron un listón en el reino del absurdo, al reunirse para aprobar poner cemento en el patio de una escuela pública de la capital. Tal cual. No solamente estos comunicados denotan que en lugar de un gobierno tenemos a un montón de gallinas desplumadas corriendo de un lugar para otro, acompañadas del reportero Tribulete, sino que aquí nadie sabe para qué, qué sentido tiene lo que hacen; aquí nadie nos habla de prioridades, de estrategias, de problemas, de soluciones, sino que se trata de una agenda lamentable, que no justifica el uso de una oficina pública, de un coche oficial, o del dinero de todos. En este conjunto de notas sólo algunos matices tienen contenido ideológico del que se puede o no discrepar. Lo demás, lo mollar, es simplemente una sandez de izquierdas o de derechas, pero una sandez. Un sinsentido. Un desastre impropio de gente competente. La penuria operativa de nuestras instituciones es de tal magnitud que no estamos lejos de que den una rueda de prensa para decirnos cosas como que “Hoy hemos atendido 20 llamadas de teléfono” o “Esta semana hemos limpiado las oficinas” o “Hemos venido y aquí estamos”.



