Noviembre está siendo un mes para olvidar. Empezó mal, con el Halloween. Esa fiesta anglosajona y consumista que utiliza a los niños para crear un falso mundo de ilusión. Muchos adultos se han disfrazado para acompañar a los peques, en un carnaval tétrico anticipado y sin ninguna gracia. Poca gracia o ninguna han tenido las innumerables manifestaciones que se han organizado para protestar contra la amnistía. O más bien, en contra de los acuerdos de gobernabilidad del PSOE. Pocos, muy pocos porque son muy pocos, se han cogido el cabreo de su vida al verse fuera del gobierno nacional. O, mejor dicho, fuera de la política nacional. Las de Unidas Podemos, que ahora ya no pueden, han pagado el coste del abrazo del oso. Nunca pensaron que, Pedro Sánchez, las utilizaría para mantenerse en el poder. Y eso que numerosos articulistas de la política diaria ya venían anunciando su desaparición. Lo de Sumar, ha sido una gran jugada. Sánchez ha impulsado el conglomerado político que reúne a toda la izquierda de ideología marxista, que será su eterno compañero de viaje. Ya saben que es más fácil conseguir escaños cuando se es un partido pequeño. Así, mientras la derecha sigue perdida en el limbo de la tontería, los socialistas han encontrado su satélite. Y esta fórmula, que es completamente legal, democrática y ética, les permitirá gobernar los próximos 16 años. Hemos asistido a la pelea entre primos: PP y Vox. Son la misma familia, pero de padres distintos y eso nunca funciona. Cuando repaso la historia del PP, compruebo que solo ha gobernado con la mayoría suficiente en solitario cuando en sus filas se ha agregado a todas las familias: desde el Opus hasta los Liberales. Mientras que la izquierda ha conseguido reunir a la derecha nacionalista y a la separatista. Hemos visto, leído y escuchado la rabia que están pasando los que se creían que la política es servir al pueblo. Y ahora, se dan cuenta de que la política es la fórmula de servirse del pueblo, para mantenerse en el poder. Todo vale en política: la mentira, la traición, el robo y el sacrilegio. Ha sido un mes de sorpresas y acusaciones de actos injustos. Por un lado, el entierro de Montesquieu y su separación de poderes y, por otro lado, el cambio de interpretación de las normas y sentencias judiciales que afectan a los socios del nuevo gobierno. La justicia es un cachondeo, dijo hace 40 años el Alcalde de Jerez, Pedo Pacheco. Hoy se convierte en realidad con la política de este otro Pedro. Son dos perros con el mismo collar. La razón, la crítica y la libertad fueron los ejes del pensamiento liberal de la Enciclopedia. Falta la felicidad, que los ilustrados dejaron para el más allá, asumiendo que el pueblo nunca sería feliz en esta tierra, cuando el que manda lo hace en beneficio propio. Y finalmente, cuando pienso en la gente que no llega a final de mes y se pone a aplaudir cuando encienden las luces de la Navidad, me dan ganas de llorar. En Roma, además del circo, se regalaba el trigo a la plebe. Noviembre para olvidar.
