Un niño ruso de cuatro años, llamado Bogdan, ha fallecido en la región de Krasnoyarsk tras dirigirse sonámbulo a casa de sus vecinos en mitad de la noche. El termómetro marcaba 20 grados bajo cero y el niño acabó muriendo de frío.
El pequeño solo vestía un pijama delgado. Había ido sonámbulo, y de madrugada, hacia la casa de un vecino. Su madre se despertó a las 6 de la mañana y no pudo encontrar a su hijo en casa. Descubrió que había abierto la puerta y había salido cuando el termómetro llegaba a los 20 grados bajo cero.