Un perjudicial sistema de bajas laborales

El actual sistema de gestión de las bajas médicas se ha convertido en un auténtico caos para miles de pequeñas empresas y autónomos, especialmente en sectores como la restauración, donde cuadrar los turnos -incluso en circunstancias normales- resulta una misión prácticamente imposible.

La eliminación del parte físico -impulsada por la reforma implementada en abril de 2023- y la supresión de cualquier dato estimado de duración en las notificaciones telemáticas han dejado a los responsables sin herramientas para prever reincorporaciones con antelación.

Este vacío informativo genera incertidumbre y dificulta la planificación eficaz del personal. El problema se agrava en verano cuando coinciden el aluvión de bajas laborales con las vacaciones del personal sanitario y, por consiguiente, se ralentiza la emisión de partes de confirmación o de alta y se prolonga aún más el desconcierto organizativo.

Parte del desorden surge de los denominados “partes retroactivos”. En muchos casos, un trabajador avisa un viernes de que no puede acudir a su puesto de trabajo, falta el fin de semana y el lunes la empresa recibe el parte con efectos desde el viernes. Esta práctica deja al empresario sin margen de maniobra, favorece abusos -como evitar los turnos más exigentes, fines de semana o festivos- y compromete la equidad en la distribución de cargas laborales.

Con el actual diseño del sistema de partes para bajas laborales se sacrifica funcionalidad frente al formalismo, profundizando una crisis que cuesta empleos y estabilidad

Frente a esta situación, asociaciones como la de restauración de Pimem -que aglutina a múltiples pequeños empresarios o autónomos- han exigido reformas urgentes. Proponen, por ejemplo, incorporar en el sistema telemático una previsión de reincorporación, aunque sea provisional y siempre sujeta a revisión médica. Una medida de este tipo permitiría una mejor redistribución de tareas, facilitaría la contratación temporal y ayudaría a cumplir con el convenio colectivo de hostelería de Baleares, que exige planificar cuadrantes con antelación.

Con el actual diseño del sistema de partes para bajas laborales se sacrifica funcionalidad frente al formalismo, profundizando una crisis que cuesta empleos y estabilidad. Sin margen para anticipar necesidades de personal, las empresas ven cómo se multiplican los imprevistos, las penalizaciones contractuales y los riesgos de descoordinación.

Es imprescindible que las administraciones adapten el sistema a la realidad operativa de los sectores más vulnerables. Incorporar un sencillo campo de previsión de reincorporación -aunque sea sujeto a revisión- no sólo aliviaría la presión logística, sino que garantizaría una gestión más justa y eficiente. Lo que hoy es caos, podría transformarse, con voluntad y pragmatismo, en una oportunidad de mejora para todos.

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