El futuro del turismo es un tema suficientemente importante para Baleares como para que nos esforcemos en abrir un debate sin apriorismos, capaz de llegar a conclusiones, dispuesto a avanzar. Carlos Delgado, el conseller del área, planteó estos días algunas cuestiones muy delicadas, muy polémicas, que ya han suscitado reacciones, alguna de las cuales bastante inadmisibles. Veamos: todos tenemos muy claro que el cambio de uso de los hoteles desfasados es un tema muy delicado, que bien gestionado puede aportar recursos, y que mal hecho podría dañar irreversiblemente al turismo. Algunas alarmas suenan justamente: en este tema no puede haber errores porque los pagaremos muy caro. Sin embargo, la dificultad no debería ser un motivo para eludir el tema, sino sólo para ser muy cuidadosos. Huir de los problemas, algo ya tradicional en nuestra política, se ha demostrado que no es una solución, como cualquiera hubiera aventurado. Hoy en día ni siquiera tiene rentabilidad electoral. El cambio de usos de los hoteles es un tema que merece mucha atención. Por ejemplo, entiendo que nunca se puede permitir así, sin más, que hoteles amortizados varias veces puedan ser vendidos como viviendas: debería hacerse de forma limitada, sólo en aquellos casos en el que el edificio se halle en una zona en la que ese nuevo uso sea oportuno, y aportando recursos a la comunidad, para afrontar otros retos, es decir, pagando un canon. Es obvio y no debemos olvidarlo que aquí puede haber una fuente de financiación y que esa es una arma muy importante que no deberíamos desperdiciar, sobre todo hoy que no existe disponibilidad económica alternativa. Entiendo que todos tenemos claro que sobran plazas, que sobran plazas de baja calidad y que, por lo tanto, retirarlas es oportuno, aunque no se debería permitir que esto propiciara el enriquecimiento de quien no ha reinvertido en su hotel, penalizando al empresario esmerado. Entiendo que esta autorización de cambio de usos no puede ser general, universal. ¿Cómo se puede dejar que torres de primera línea, de alto impacto visual, pasen de hoteles a viviendas, consolidando para siempre su continuidad? Las operaciones que se permitan en ciertas zonas deberían ser el mecanismo para financiar el derribo de esta oferta desfasada y de alto impacto. Parece que, a la vez que ponemos en marcha este programa, sería conveniente presentar un master plan de las zonas turísticas del futuro, aclarando qué queremos, dónde y con qué densidades para, de acuerdo a ello, actuar. El conseller y toda la sociedad hemos visto cómo asuntos de este tipo han degenerado en la más burda corrupción, alguna incluso delante del propio conseller. Ello debería servir para, de entrada, poner una luz muy potente ante todo esto y ver si, tal vez por primera vez, somos capaces de solucionar un problema complejo con la participación de todos sin dudas sobre la trasparencia.





