El ayuntamiento de Palma ha anunciado su intención de retirar las subvenciones y cesiones de espacios a eventos que promocionen el alcohol, como por ejemplo la Oktoberfest.
La regidora de Turismo y Sanidad, Elena Navarro, exponía esta medida, que forma parte del Plan Estratégico Municipal de Adicciones 2022-2026, una hoja de ruta a medio plazo para prevenir todo tipo de adicciones entre adultos y jóvenes, desde las drogas, el alcohol y el tabaco.
Teniendo en cuenta las graves consecuencias que estas tienen para la sociedad en su conjunto y los individuos en particular, parece razonable que la administración estatal, autonómica y local se tome muy en serio la guerra contra las sustancias y hábitos que merman la salud pública. De ahí, que la iniciativa de Cort de cerrar el grifo de las ayudas a los eventos que giran en torno al alcohol sea acertada.
Hay que destacar que aquí no se está prohibiendo nada como tal -en las sociedades adultas, cada individuo debe tomar sus decisiones en libertad- pero sí se está lanzando un mensaje a la ciudadanía de que los ayuntamientos no están para financiar este tipo de actos. Los bares de copas también viven del alcohol -por otra parte, un producto legal- y a ellos no les ayuda nadie con nuestros impuestos ni se les cede amplios espacios -algunos emblemáticos, como el Parc de la Mar- para su actividad.
Sin embargo, resulta del todo necesario definir con perfecta claridad qué eventos quedarán afectados por este cambio, ya que existen multitud de acontecimientos lúdicos y gastronómicos en los que la cerveza y el vino, por ejemplo, son ingredientes fundamentales y representan un atractivo turístico y económico.
Como siempre, el diálogo y la búsqueda de consenso con todas las partes afectadas serán clave para la buena acogida de la decision y la eficiencia de la misma a largo plazo.