Los jueces de la Audiencia Provincial han considerado culpables a los policías locales de Palma que en mayo de 2011 agredieron a un detenido en los calabozos del cuartel de San Fernando. El autor de la patada que fue grabada por una de las cámaras de videovigilancia ha sido condenado a un año y medio de prisión como autor de un delito contra la integridad moral no grave y una falta de lesiones. Además, ha sido condenado a ser apartado de la Policía Local durante tres años, mientras que los demás agentes que presenciaron la agresión sin evitarla han sido condenados a un años de cárcel e inhabilitación durante dos años.
El fiscal solicitó cinco años de cárcel para el principal acusado, bastante más de lo que finalmente los magistrados han impuesto. Sin embargo hay que valorar que el agente condenado admitió su culpa y manifestó haber perdido la cabeza, además de mostrarse arrepentido por lo sucedido.
La sanción parece adecuada y aunque la sentencia no es firme, permite superar un episodio deplorable y pasar página. Los actuales responsables políticos de la Policía Local deben centrarse en mejorar la imagen de este cuerpo, cuyos funcionarios en su mayoría realizan una labor impecable y profesional, sin que quepa dudar de ello por la existencia de casos puntuales que la Justicia investiga y que en todo caso afectan a un grupo reducido de agentes.